En 2014 estará listo el puente del Chiche
La historia del puente sobre el río Chiche se remonta a finales de los años sesenta, que coincide con la época en la que se extrajo el primer barril de petróleo de los pozos ubicados en la zona de Lago Agrio-Sucumbíos. Precisamente fue en esos años cuando se construyó la estructura metálica del viaducto como una necesidad para el transporte de materiales a las compañías petroleras de ese entonces.
Han pasado 50 años y el tráfico y los habitantes de la zona han aumentado, tanto es así que a diario por el puente circulan 60.000 autos. La apertura del nuevo aeropuerto Mariscal Sucre en la parroquia Tababela, también ha generado mayor circulación por la zona y por ello hay preocupación entre los usuarios de que el puente colapse.
Para el gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Obras Públicas, Germánico Pinto, la estructura del actual puente sigue siendo segura, pese a los inconvenientes que en 2010 presentó luego del sismo de 4,0 grados que se registró en la Capital.
“El puente está en perfectas condiciones, tiene un mantenimiento permanente que implica una revisión rutinaria de la estructura, como el cambio y los ajustes a las planchas metálicas de las que se compone. La decisión de construir uno nuevo es porque el tráfico de la Interoceánica supera la capacidad”, explicó.
Como parte de la construcción de la vía Ruta Viva (12,9 km), que será la vía más corta para llegar hasta la nueva terminal aérea, se contempla la instalación de un nuevo puente que estará 600 metros más arriba del actual, con esto se eliminará la curva que debían hacer los vehículos para llegar a Puembo.
Para el alcalde capitalino, Augusto Barrera, el proyecto como una vía integradora rompió con el esquema de una autopista Quito -aeropuerto que pudiera haber servido a no más de 15.000 personas. Ahora el proyecto Ruta Viva -cuando esté en plena operación- servirá a un mínimo de 200.000 personas que habitan en Tumbaco y sus alrededores.
La construcción del puente sobre el río San Pedro (Tumbaco) está a cargo de la empresa española Puentes y Calzadas, que ejecutará la obra con tecnología antisísmica, con apoyos pendiculares ubicados en la parte inferior, de tal manera que si se produce un temblor la estructura tendrá la capacidad de autocorregirse y volver a su estabilidad.
Ambos viaductos tendrán similares características, pero el del río San Pedro tendrá una longitud de 234,8 metros. El financiamiento de la obra está a cargo de dos préstamos de organismos internacionales como la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Banco del Estado (BDE).
La obra beneficiará a los moradores de las parroquias de Cumbayá, Tumbaco, Puembo, Tababela, Checa, Pifo, Yaruquí, El Quinche y del oriente ecuatoriano, que deben conectarse con Quito urbano, y facilitará el acceso hacia y desde el nuevo aeropuerto y con el resto del país. Además, el Cabildo quiteño espera que con esta plataforma se solucionen los problemas de congestión vehicular existentes en la zona. En la actualidad los conductores enfrentam molestias al cruzar el puente, debido a que solo tiene dos carriles de circulación. Por esta razón, en la zona -en horas pico- hay congestión vehicular.
Aunque se tiene previsto que la carga que vaya y salga de la nueva terminal aérea circule por la vía E35, este puente soportaría a más de los vehículos pequeños, a los camiones y el peso mismo de la estructura de hormigón.