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La anterior administración propuso un plan integral e invirtió en mejorar la capa de rodadura de las vías exclusivas

En 2010, el 70% de troles tenía problemas

El hacinamiento es el principal problema del Trolebús, operativo desde 1995. El próximo año 54 unidades cumplirían su vida útil. Foto: John Guevara.
El hacinamiento es el principal problema del Trolebús, operativo desde 1995. El próximo año 54 unidades cumplirían su vida útil. Foto: John Guevara.
07 de julio de 2014 - 00:00 - Redacción Quito

El exgerente general de la Empresa Metropolitana de Transporte de Pasajeros, Carlos Poveda, espera que la declaratoria de emergencia del sistema de movilidad municipal dé resultados “por el bien de la ciudad”.

No cuestiona la decisión anunciada hace una semana por el alcalde Mauricio Rodas, pero no la comparte. El exfuncionario asegura que su administración no planteó la medida “porque había una planificación integral” sobre la transportación pública, que incluía la construcción del Metro y la compra de 40 buses Tipo; este proceso fue declarado desierto en 2 ocasiones, pues los oferentes no cumplían con todos los requerimientos. Ambos proyectos hoy forman parte del plan de Movilidad de Rodas.

Sobre el uso de la emergencia para, entre otras cosas, adquirir repuestos, añade que a su salida (el 1 de mayo) dejó 5 contratos pendientes para su ejecución. Agrega que la adquisición de piezas de recambio forma parte del plan anual de administración de la empresa municipal.

Poveda comparte la idea de la Alcaldía actual de que se necesita renovar la flota. “El próximo año, 54 unidades del Trole cumplirán sus 20 años de vida útil”, de acuerdo con la Ordenanza Municipal 266, que norma el tiempo de circulación de los vehículos de transporte público en el Distrito.

El exgerente dice que a eso se suman otros problemas como la dificultad para encontrar repuestos en el mercado por el tiempo de fabricación y operación de las unidades y sus características. “Para que se dé una idea, los motores a diésel (alternativos a los eléctricos) de los troles fueron construidos específicamente para Quito. Traer esas piezas implica procesos que pueden tomar 6, 12 y hasta 18 meses”, sostiene.

La operación de la Ecovía, el segundo corredor del sistema (2001), también genera dificultades logísticas: 42 de sus buses ya cumplieron su vida útil. Por eso sus componentes ya no cuentan con garantía del proveedor al igual que en el caso del Corredor Central (Trolebús).

Pero, a pesar de la existencia de este tipo de problemas que deriva en saturación y hacinamiento, en algunos momentos, el extitular de la empresa de pasajeros rescata que el sistema sigue operando. “Si usted va hoy a una parada o estación, verá a unidades llegando y a personas abordándolas”, puntualiza.

Diferencia el caso con lo que vivió en 2010. “Cuando asumí el cargo, solo 80 de los 113 troles (70%) estaban en buen estado”. Y a partir de ello identificaron otros problemas. Uno de los primeros fue el mal estado de las vías exclusivas del sistema. Por ello se colocó asfalto reforzado en la ruta del Trolebús y hormigón rígido en parte de la Av. Mariscal Sucre, sobre la que hoy rueda el Corredor Suroccidental. Esta medida -dice- disminuyó los daños de las unidades. Y la creación de los corredores Suroriental y Suroccidental evitó la saturación total del Trolebús.

Al declarar la emergencia, Rodas estimó que en 2 semanas se incorporarían 16 unidades para reducir en un 11% la saturación y 100 policías metropolitanos en zonas consideradas de riesgo para garantizar la seguridad de los usuarios. En total, el plan costaría $200 millones.

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