En 10 minutos, tres incendios provocados queman 21 hectáreas
Siete incendios forestales se registraron, casi simultáneamente, ayer en la tarde en Quito: en el Parque Metropolitano, en los cerros Atacazo, Auqui (sector Monjas) y Unguí, en un paraje de la vía a Calacalí, en la parroquia Nayón y en Amagasí de El Inca.
Asimismo, se informó de una falla en un generador eléctrico en el centro comercial Paseo San Francisco, ubicado en Cumbayá, al oriente de la ciudad, lo que obligó a evacuar urgentemente a los clientes y trabajadores por el temor de una explosión e incendio.
El alcalde de Quito, Augusto Barrera, no descartó que los flagelos forestales hayan sido provocados, aprovechando las altas temperaturas que vivió la capital el fin de semana, que registró 26 grados centígrados. El burgomaestre puso inmediatamente en marcha los planes de contingencia para afrontar la situación.
El ministro del Interior, José Serrano, coincidió con lo que dijo el burgomaestre de que los incendios habrían sido provocados, por lo que ofreció una recompensa de $ 50.000 a $ 100.000 a quienes proporcionen información de los responsables de los incendios forestales, que en el Parque Metropolitano habría afectado alrededor de 21 hectáreas del bosque.
A causa de los flagelos, la Empresa Eléctrica Quito (EEQ) reportó problemas en las redes de distribución en los sectores de Miravalle, Cumbayá, Tumbaco, Puembo, Pifo, Tababela y sus alrededores, por lo que se vio obligada a suspender el servicio.
Unos 300 efectivos de las policías Metropolitana y Nacional se desplazaron hasta el parque para sofocar las llamas, sin embargo, estas se extendieron por los flancos norte, sur y oriental.
Moradores de la urbanización Jardines El Batán, pasaje B, observaban impotentes avanzar el fuego y temían que alcanzaran sus viviendas, por lo que se unieron a las tareas y aportaron con extintores y baldes de agua, mientras un contingente del Cuerpo de Bomberos, comandado por el subteniente Miguel Llumiquinga, tomó acción en este lugar y, con agua y grandes ramas de árboles, trataba de apagar las llamas.
El trabajo fue reforzado con cuatro helicópteros de la Policía y del Ejército, por orden de la ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa.
A las 15:00 arribó al parque otro contingente de uniformados para colaborar en la tarea.
Hasta horas de la noche se quedó personal de la Policía Metropolitana con matafuegos y machetes para continuar con las tareas de sofocar las llamas, que repentinamente se reavivaban a causa del viento.
La avenida Simón Bolívar fue cerrada al tráfico vehicular, desde el túnel Guayasamín hasta el redondel El Ciclista, con la finalidad de evitar percances, porque el humo afectaba la visibilidad y la respiración.