El uso de espacios comunales para fiestas puede ser sancionado con una clausura

La música se escucha a través del barrio de Santa Rosa (sur) y algunos vecinos bailan al compás de la aguda voz de una cantante que actúa en la casa comunal.

La fiesta dura hasta más allá de la medianoche y unos cuantos moradores se mueven en la improvisada pista de baile. A esa hora, miembros de la Policía llegan al lugar y la celebración termina al tiempo que los asistentes se comprometen a limpiar el lugar al siguiente día.

El barrio queda vacío mientras globos, serpentinas y unos cuantos papeles quedan como único rastro de la celebración. En Santa Rosa, la directiva prohíbe el consumo de alcohol en fiestas que se celebran en áreas comunitarias.

Édgar Chimbo, vicepresidente de la zona, dijo que no tienen problemas porque las comitivas están bien organizadas y controlan el consumo del licor; además, cuentan con el apoyo de las policías Metropolitana y Nacional.

En Chilibulo, también en el sur, la situación es parecida. Y a pesar que hace tiempo no hay una directiva que los lidere, los vecinos se acostumbraron a una forma de actuar. Pablo Espinosa, exdirigente barrial, dijo que la zona cuenta con 2 canchas de básquet y una pequeña casa comunal como espacios para la práctica deportiva y eventos sociales y culturales

Chimbo añadió que preocupa el uso del parque La Raya. Según el líder, la creación del sitio mejoró la zona, pero en algunas ocasiones sería usado como sitio para libar por gente extraña.

Al otro extremo de la ciudad, en cambio, se vive una situación diferente. El fin de semana pasado, una fiesta popular realizada en la cancha del barrio El Triunfo duró hasta las 07:00 del domingo y se escuchaba en los barrios vecinos.

Juan Serrano, habitante de Bellavista Alta, se quejó de que la música y la voz del animador del evento eran demasiado altos y no lo dejaron dormir en toda la noche. “Alguien debería prohibir este tipo de cosas. No es justo para quienes necesitamos descansar. Hace poco iluminaron la cancha, se supone que para partidos de fútbol y ahora salen con esto de organizar fiestas”, reclamó el ciudadano.

El tema de las fiestas en espacios comunitarios cobró vigencia el 21 de junio pasado cuando 2 jóvenes fueron apuñalados y otros más golpeados en Nayón, durante una gresca ocurrida tras una fiesta celebrada en la casa comunitaria. Así mismo, en los últimos meses, las autoridades han evitado fiestas ilegales de menores de edad que pretendían celebrarse en ese tipo de lugares.

La ordenanza 0097 obliga a los comités y organizaciones barriales a dar un buen uso a los espacios comunitarios. El concejal Antonio Ricaurte señaló, al respecto, que sitios como las casas comunales deben ser utilizados solo para reuniones que traten sobre mejoras en cada sector. “Las casas comunales son espacios donde la comunidad puede debatir y generar propuestas. Sin embargo, se pueden realizar eventos pero sin consumo de alcohol”, aseguró el político.

Las sanciones que la ordenanza estipula por el mal uso de este tipo de lugares es la expropiación de los mismos.

Ricaurte añadió que propondrá al Concejo Municipal una nueva reglamentación sobre el tema que refuerce los controles en estos espacios.

Entra tanto que Edwin Casteló, intendente de Pichincha, señaló que en el sur de la ciudad se han clausurado 4 casas comunales debido al mal uso de ellas y que en ese sector es donde más casos existen.

El funcionario añadió que los comités barriales que tengan intención de realizar fiestas o algún evento deben pedir autorización a la entidad. “Las casas barriales son para reuniones para el desarrollo de la comunidad; aquellos comités que realicen actividades sin permiso de la Intendencia serán sancionados con la clausura del local y con una multa de $ 100 ”, aseguró Casteló.

DATOS

El 21 de junio en la casa comunal de la parrquia Nayón, ubicada al nororiente de la ciudad, se produjo una pelea entre jóvenes tras un concierto que contaba con permiso de la Tenencia Política. Varios de ellos resultaron heridos.

La Administración zonal de cada barrio es la encargada de precautelar la seguridad y el uso que se dé a las casas comunales. La Intendencia de Policía y las comisarías son las encargadas de la seguridad.

Durante la Administración de Augusto Barrera, varias de las casas comunales capitalinas fueron destinadas a ser Centros de Desarrollo Comunitario (CDC). En la ciudad existen 43 CDC.