Experto opina que se requieren más plantas de manejo de aguas residuales
El río Machángara es un foco de contaminación
La imagen del río Machangara como un lugar de esparcimiento familiar quedó en la memoria de los adultos mayores de Quito. Actualmente es casi imposible aproximarse a este cauce por el olor que emana debido a la contaminación que ha acumulado por décadas.
Solo es cuestión de acercarse un poco al río para observar su agua obscura, la acumulación en la superficie de una sustancia espumosa, así como de restos de basura.
El cauce nace en Cutulagua (al sur), atraviesa la ciudad, se une al río San Pedro, después se une al río Guayllabamba, llega a Esmeraldas y desemboca en el océano Pacífico.
Y a lo largo del curso se puede ver, en mayor o menor medida la contaminación.
Según Patricio Espinoza, director de laboratorio del Centro de Investigación y Control Ambiental (Cicam) de la Escuela Politécnica Nacional, se concibe a la contaminación como cualquier alteración física, química o biológica. Y todas estas afectaciones están presentes en el Machángara.
El afluente recibe aguas servidas, así como desechos de industrias sin tratar. A esto se suma la basura que llega por las quebradas. De ahí que sus niveles de polución sean tan altos y que su agua no se pueda usar en actividades humanas.
Sin embargo, de acuerdo con Espinoza, se la suele utilizar para riego agrícola, corriendo el riesgo de que algunos metales y moléculas de pesticidas y herbicidas causen enfermedades.
A criterio del especialista, esto se podría evitar si todas las descargas industriales cumplan con la normativa municipal vigente en la que se controla las emisiones de descargas en este afluente. Además, según Carola Fierro, directora de calidad y técnico del Cicam, la contaminación del río se puede evitar desde la población utilizando cantidades adecuadas de detergente y jabones.
Estos productos de limpieza debido a su composición química tienen la capacidad de desplazar el oxígeno del agua provocando la muerte de la flora y fauna del río. De ahí que el borde del río luce actualmente como una playa desolada.
Según Espinoza, la descontaminación del río es posible con una fuerte inversión, voluntad política y una campaña de concienciación. Considera que la Planta de Quitumbe solo permitiría depurar alrededor del 20% del agua y se necesitan al menos 2 plantas más. (I)