El primer hospital de Quito exhibe su historia
La construcción de adobe, madera y piedra que dio forma a la tradicional calle de las Siete Cruces -que ahora se conoce como García Moreno, en el centro histórico de Quito- es testigo silente de la transformación de la capital.
Allí, al final de la calle, justo en el Arco de la Reina, se guarda hasta hoy bajo siete llaves la historia de una edificación que hace 447 años -cuando se creó- fue la primera casa asistencial de la capital.
Se trata del Museo de la Ciudad, que cumplió 14 años de creación y por su aniversario decidió abrir las puertas gratuitamente, para que los visitantes conozcan su historia que nace con la creación del hospital San Juan de Dios, fundado en 1565, pero que cerró sus puertas en 1974. Hasta que 38 años despúes, en 1998, se abrieran como el Museo de la Ciudad.
María José González, de 4 años, poco entiende lo que los guías explican en el recorrido, sin embargo toma fotografías de cada cuadro, objeto o recreación que se le asoma al paso con ayuda del celular de su hermano Juan Esteban. De repente su mirada se queda fija en el cuadro del “Infierno”.
Atónita admira una representación del cuadro de color rojo intenso. A su lado está su mamá, Gloria Pillatazi, que no duda en explicar a la pequeña sobre el recorrido en el museo, que aborda la transformación de Quito entre el siglo XVI y el XIV.
Una de las salas que despierta mayor interés es la que guarda vínculo con el funcionamiento del Hospital San Juan de Dios, donde hay objetos o fotografías de los años en que funcionaba, que varias personas donaron. Aquí hay una balanza de 1955, obsequio de un ex médico del hospital y existen testimonios de personas que en su visita cuentan sobre su nacimiento allí, según narra Carolina Navas, técnica educativa del Museo. “Esa conexión es mágica” explica.
La coordinadora del Museo, Andrea Moreno, señala que en el sitio no se encontrarán fechas históricas específicas sino un recuento de la cotidianidad de los quiteños a lo largo del tiempo. “Aquí no tenemos guías, tenemos mediadores que de forma diferente enseñan el arte del lugar con una participación más activa del visitante”, expresó.