El presidente Rafael Correa aceptó anoche el reto lanzado desde el escenario. Sonaron unos cuantos acordes de la conocida canción ‘Pasito Tun Tun’, se dirigió a su  izquierda e invitó a bailar a la concejala Luisa Maldonado, del movimiento Alianza PAIS (AP). Empezaron a moverse, unas veces de brazo y otras sueltos, al compás del contagioso ritmo.

El público congregado en la Plaza de la Independencia (Plaza Grande) para asistir a la Serenata Quiteña alentaba con gritos a los danzantes, al tiempo que aplaudía y entonaba la letra de la canción.

Más temprano, el alcalde Mauricio Rodas, acompañado de la reina de Quito y más personalidades de la ciudad acudió al Palacio de Gobierno para cumplir con la tradición de casi 60 años de invitar al Jefe de Estado a la Serenata.

Tras intercambiar discursos sobre la Fiestas de fundación capitalinas, el interior de Carondelet se convirtió en la primera pista de baile al compás de las melodías entonadas por la Banda Municipal. Correa sacó a bailar a María Fernanda Pacheco, esposa de Rodas.  

La Orquesta de Instrumentos Andinos fue la encargada de iniciar el espectáculo en una noche que se había vuelto muy fría, pero que no alejó a los visitantes. Una vez roto el hielo, el Jefe de Estado se convirtió en un animador del baile. Zapateó ‘El Chulla Quiteño’ y no dudó en hacer de maquinista del ‘trencito’ formado al pie de las escalinatas de la Catedral. (I)