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Ecuador, 23 de Noviembre de 2024
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El Telégrafo
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Los primeros habitantes de la ciudad convirtieron a la elevación en un adoratorio

El Panecillo ha sido desde la época prehispánica un mirador natural

La olla y la virgen del Panecillo son 2 de los atractivos principales que ofrece este lugar que posee una vista privilegiada de la urbe.
La olla y la virgen del Panecillo son 2 de los atractivos principales que ofrece este lugar que posee una vista privilegiada de la urbe.
Foto: Archivo/ El Telégrafo
30 de abril de 2016 - 00:00 - Vásquez, Muenala, Rivera y Soria. Colegio Réplica Montúfar

El Panecillo, en el Centro Histórico, es un mirador natural de la ciudad. Desde ahí, el turista tiene una vista privilegiada de la urbe y de los Andes ecuatorianos. En un día despejado es posible observar volcanes como el Cotopaxi, el Pasochoa, el Atacazo, el Pichincha, el Cayambe, el Corazón, los Ilinizas y el Rumiñahui. Esta pequeña elevación recibió el nombre de El Panecillo por los españoles, a principios del siglo XVI.

Las culturas ancestrales de Quito la llamaban Yavirac, que hacía referencia a un reservorio de agua; después, los incas la denominaron Shungoloma o Loma del Corazón. Este espacio fue considerado como un sitio sagrado donde se celebraban fiestas en honor al Sol.

Incluso en la pendiente norte de la loma aún se encuentra la Olla del Panecillo que es una estructura de piedra. Según las investigaciones, este es un punto de energía, pero también se ha indicado que fue un reservorio de agua para cultivos.

Otro atractivo es la estatua de la Virgen de Quito que fue construida por el español Agustín de la Herrán Matorras en 1955. La página Quito Turismo señala que la obra está compuesta por cerca de 7 mil piezas y es considerada como la mayor representación de aluminio del mundo. El artista reprodujo a la Virgen alada creada por el escultor quiteño Bernardo de Legarda, en el siglo XVII, la imagen original se encuentra en la iglesia de San Francisco.

Joffry Quinteros, docente del Colegio Réplica Montúfar, comentó que el Panecillo es un sitio emblemático de Quito que guarda varias leyendas. Luis Altamirano, morador del lugar, narró una de las más conocidas de este sitio: “Los abuelos mencionaban que durante ciertas épocas del año, antes de que se coloque la escultura de la Virgen, el Panecillo era una montaña llena de bosque y maleza. Algunos campesinos pastaban, en la cima del cerro, a sus animales y en varias ocasiones señalan que se encontraron con una mujer indígena que les ofrecía mazorcas de oro”. (I)

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