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La elaboración y el consumo de postres es el elemento gastronómico de esta época que más ha perdurado en el tiempo

El menú quiteño de Navidad es el fruto de influencias externas de casi 500 años

Los productos vegetarianos son una nueva alternativa para preparar la cena de fin de año y navidad, este tipo de cocina combina las recetas tradicionales con las extranjeras. Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo
Los productos vegetarianos son una nueva alternativa para preparar la cena de fin de año y navidad, este tipo de cocina combina las recetas tradicionales con las extranjeras. Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo
20 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Quito

Quito se ha convertido en una ciudad cosmopolita en términos gastronómicos; la oferta de alimentos preparados y crudos propios de otros países se ha incrementado. Se puede encontrar comida china, japonesa, libanesa, mexicana, peruana,  italiana, etc.

La influencia externa en la mesa capitalina se siente también en los menús navideños, en un hecho que no es nuevo, puesto que la costumbre de la cena provino, al igual que la festividad misma, de Europa.

El poeta, académico e investigador gastronómico, Julio Pazos Barrera asegura que no existen registros específicos sobre cómo era la cena de Nochebuena durante la época colonial. No obstante, sí se conoce que en diciembre era común preparar buñuelos, algo que ha persistido hasta la actualidad.

A finales del siglo XIX e inicios del XX, en los hogares de mayores recursos se celebraba la Navidad con platos como carnes de caza, pasta, sopas, etc.

Por su parte, las familias de escasos recursos o clase media preparaban platillos a base de gallina (asada, frita o en caldo). Estos eran acompañados con postres como buñuelos, rompope y pristiños servidos con licor y anís.

Pristiños. Una de las recetas navideñas más tradicionales de la ciudad.

En los años treinta, a la par de la generación de mayores facilidades para viajar y la influencia del cine, llegaron costumbres estadounidenses como el consumo del jamón de Virginia. Aquello, sin embargo, aún estaba reservado para las personas pudientes.

Esta tradición perduró hasta finales de los años sesenta cuando empieza a introducirse el consumo de pavo, popularizado en los EE.UU. a partir de la década de 1950.

Pazos considera que fueron los criadores de pavos a escala industrial quienes impulsaron el consumo de la carne de esa ave norteamericana. La alternativa del lechón llegaría en la década de los ochenta.

Esta amalgama de tradiciones, en algunos casos, e influencias, en otros, fue conformando lo que hoy conocemos como la cocina navideña capitalina.

Una de sus características son los postres como los pristiños con miel de panela, los buñuelos, los higos con queso, los quimbolitos, los tamales. Mercados y restaurantes los integran a sus menús en esta temporada del año.

Quimbolitos. La esponjosa suavidad de este manjar suele incluirse en los menús de Navidad.

Luisa Martínez, dueña de un pequeño local de comida en la av. Real Audiencia (al norte), comentó que en estas fechas registra más de 80 pedidos semanales de quimbolitos y tamales, los que elabora de acuerdo con recetas que llevan 4 generaciones en su familia.

En cuanto a los mercados, el de San Francisco, en el Centro Histórico, inició este fin de semana una feria de dulces navideños tradicionales.  

La diversificación de opciones permite que la comida navideña vaya más allá de las propuestas con contenido de carne. Es así que vegetarianos y veganos también encuentran alternativas.

Mónica, dueña del restaurante vegetariano El Maple, comentó que su negocio ofrece este año enrollado de pavo vegetariano, en salsa de mango y ciruelas. “Son los mismos ingredientes del pavo normal, solamente que acoplados al gusto vegetariano”, comentó.

El costo de 4 porciones de este plato bordea los $ 29, en tanto que la preparación de una receta vegetariana para cocinar en casa, puede requerir entre $ 40 y $ 60.

Silvia Gómez, vegetariana desde hace varios años, dijo que en su casa preparan carne de soja rellena de frutos secos y acompañados con salsa de ciruela.

El postre generalmente es un plato tradicional como higos o quimbolitos, con la particularidad de que no incluye huevos, leche ni saborizantes artificiales. (I)

Pastel de zanahoria. Este postre no contiene productos como huevos y leche, es totalmente vegano

 

Torta de chocolate. Este es un bocadillo perfecto para las fiestas de diciembre, contiene leche de soya.

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