Cincuenta y un pequeñas inundaciones y siete derrumbes se han producido durante este mes en la capital por efecto de las lluvias. Según la Dirección Metropolitana de Gestión de Riesgos, esa cifra es más baja que la registrada en el mismo período del año pasado.

La época invernal se extiende en Quito de noviembre a abril, siendo este último mes el de más lluvias. Sin embargo, este año, un fenómeno atmosférico ha hecho que en los tres últimos días los aguaceros desaparezcan para pasar a días soleados.

Ricardo Peñaherrera, director de Gestión de Riesgos del Distrito Metropolitano, señaló que es posible que la época invernal se extienda hasta la primera semana de mayo, debido a que en los primeros meses “no llovió lo que se esperaba”, por lo que el Plan Macro de Emergencias de la ciudad sigue en vigencia.

Dentro de este plan se delinean los aspectos generales a aplicarse a toda la ciudad, para luego crear planes de contingencia específicos para cada administración zonal, en los que se determinan cuáles áreas son las de más riesgo.

En abril se reportó un hecho especial: el ocurrido el pasado martes en el sector norte de La Ofelia, en donde el agua llegó a los dos metros e inundó una casa del sector. La familia afectada perdió enseres y no necesitó ser evacuada.

Peñaherrera explicó que las inundaciones que soportó la capital, en realidad son “anegaciones de agua lluvia en la vía pública”, provocadas en su mayoría por el taponamiento de los sumideros.

En el caso de La Ofelia, por ejemplo, indicó que una vez que descendió el agua en la zona se hallaron restos de material de construcción. “Eso hace que las inundaciones sean peores”, alertó, por lo que llamó a la población a cuidar los desagües.

Asimismo, el pasado 11 de abril, la fuerte lluvia que cayó al norte provocó que el estacionamiento de un edificio en la avenida Los Shyris y Tomás de Berlanga se inundara: el agua llegó a los 50 centímetros y los bomberos trabajaron 5 horas en el lugar. En este sitio la Epmaps inició la limpieza de tuberías, hasta que se concrete el proyecto del cambio total de ellas, ya que las actuales son angostas y no soportan la cantidad de agua del sector.

Muros como el que se cayó en días pasados en Chimbacalle (sur) no tienen desagües y fueron construidos hace años sin una visión de los posibles riesgos. En ese sector se evacuó -por prevención- a 3 familias que eran arrendatarias de las casas contiguas.

Las zonas de mayor riesgo a una inundación aún son difíciles de definir, pues con el crecimiento de la ciudad los problemas que en años anteriores se tenían, como en las laderas del Pichincha, han ido migrando a zonas en las que por, ejemplo, existen asentamientos ilegales.

La inversión en la limpieza y mantenimiento de la red de alcantarillado, la construcción de colectores y reemplazo de las tuberías es de aproximadamente 100 millones de dólares, monto que está en ejecución desde 2011 hasta 2014. El trabajo en el mantenimiento en taludes también está dentro del Plan de Contingencia.

Las principales áreas en donde se atienden emergencias son: avenida Simón Bolívar, Oswaldo Guayasamín sobre el río Chiche, Corredor Periférico Sur, Cataguango, El Troje, San Enrique de Velasco, ingreso a Nayón; además, en los sectores de La Colmena, Chaguarquingo, La Libertad y la Vía de los Conquistadores.