El fútbol comparte tiempo con los estudios
Héctor Orejuela, inspector general del colegio Luciano Andrade Marín (CLAM), comentaba la mañana del viernes 20 de junio que la disputa del Mundial de Fútbol Brasil 2014 no había tenido en el plantel más efecto que cierta frustración entre estudiantes y también profesores, por no poder mirar los cotejos.
“No se ha dado ninguna disposición especial y los muchachos saben que tienen que cumplir las disposiciones generales de la institución; entre ellas, asistir a clases con normalidad y correctamente uniformados”, aseguró el educador.
Afirmó que por ello no han existido casos de ausencias injustificadas ni situaciones similares. Esto no ocurrió tampoco cuando el partido del viernes pasado fue el primero de la Selección Ecuatoriana en un día laborable.
Varios de los adolescentes consultados indicaron que acomodan sus horarios de estudio para poder ver el desarrollo del Mundial.
David Cepeda y Marvin Orrala, estudiantes de décimo año del Colegio Nacional Mejía, comentaron, por ejemplo, que el fútbol es una pasión para ellos y que han optado por realizar sus tareas en la noche, tras ver el último partido del día.
Diego Crespo, alumno de segundo año de bachillerato del colegio particular Borja 3, reconoció que durante los partidos de esta primera fase suelen estar pendientes de alguna señal de radio e incluso alguno se arriesga a seguir los partidos a través de los celulares.
Varios compañeros de Diego confirmaron esta situación. Ese es el caso de Roberto Ballesteros y Cristian Ñacato, quienes comentaron que para el partido Portugal-Alemania, habían adelantado tareas y miraron el partido en la pequeña televisión del bar de su colegio.
A pesar del interés por la competencia, el inspector general Darío Andrade coincidió con su colega del CLAM en que la cita no ha causado mayores inconvenientes en la disciplina. La medida inmediata que se ha implementado en varios colegios es controlar el uso de dispositivos electrónicos (teléfonos y tablets) durante las clases.
