El desorden se mantiene alrededor de San Roque
A las 10:40 del viernes pasado, Silvia Yanchapaxi esperaba que algún transeúnte se interesara en los choclos que vende en la calle Cumandá, en la parte posterior del mercado de San Roque (centro de Quito).
La joven aguardaba, junto con su pequeña hija, sentada sobre un bordo de hormigón ubicado junto a tres de los contenedores instalados por el Municipio en los alrededores del centro de abastos.
Los recipientes estaban repletos a esa hora, a pesar de que aún faltaba al menos media jornada de venta de frutas, hortalizas, legumbres, mariscos y más alimentos que se comercializan tanto dentro como fuera del mercado.
Silvia es, de hecho, una de muchos trabajadores autónomos que mantienen sus puestos de venta en calles como Cumandá, Ambato y Túpac Yupanqui, ubicadas alrededor de San Roque.
Esto a pesar de que desde hace cinco años aproximadamente, existe un proyecto municipal, diseñado por la anterior Alcaldía, para reorganizar a dicho espacio de venta.
Uno de los objetivos del plan era desaparecer las ventas informales que proliferan en la zona.
La meta, sin embargo, no se ha cumplido. El 28 de septiembre de 2014, unos 80 comerciantes autónomos fueron desalojados de la zona por personal de la Policía Metropolitana.
La atención de los uniformados se centró, sobre todo, en los integrantes de la Asociación de Vendedores de la calle Quiroga, quienes se ubican sobre el paso peatonal de hormigón que conecta al espacio de venta con el ingreso sur al túnel de San Roque.
No obstante, a los pocos meses tanto los miembros de esa asociación como de otras volvieron a sus antiguos puestos.
Otro de los planteamientos del plan de la administración de Barrera era reorganizar los giros de venta del lugar.
Esto significaba eliminar la presencia de los comerciantes mayoristas y convertir al sitio en una especie de mercado de barrio.
Con ello se buscaba, por un lado, reducir la circulación de vehículos de carga por el área para mejorar el tránsito.
Y se pretendía, por otra parte, disminuir la demanda de puestos de venta en el lugar, lo que incita al establecimiento de vendedores informales en los alrededores.
Para lograr esto se planeaba trasladar a los mayoristas e incluso a un grupo de minoristas a un mercado que debía construirse en la parroquia Calderón (al norte).
Otra parte de vendedores se mudarían, en una primera etapa, al mercado Mayorista del sur. Y, posteriormente, a un nuevo centro de abasto que se edificaría en terrenos del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), en el límite sur de la ciudad.
Ningún elemento de esta planificación ha avanzado durante la alcaldía de Mauricio Rodas.
En tanto, el desorden en la zona de influencia del mercado de San Roque se manifiesta en aspectos como la disposición de basura.
La imagen de desechos sobresaliendo de los contenedores asignados por el Cabildo y regándose en el piso no se limita a la calle Cumandá.
En otros puntos de las cercanías, como es el cruce de las calles Ermita y Abdón Calderón, la situación era incluso más grave el viernes pasado.
Esto provoca taponamientos constantes de las alcantarillas por el arrastre de residuos cuando llueve. Ello fue evidente la tarde del 26 de abril, cuando la av. Mariscal Sucre se anegó y bloqueó la circulación en el sentido norte-sur. (I)
