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El Telégrafo
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El cese de actividades en las canteras alteró a San Antonio de Pichincha

Los moradores de Catequilla viven a las laderas del cerro. Fernando Sandoval/ EL TELÉGRAFO
Los moradores de Catequilla viven a las laderas del cerro. Fernando Sandoval/ EL TELÉGRAFO
15 de agosto de 2014 - 17:55

El ambiente en San Antonio de Pichincha y sus alrededores lució diferente. Todo el día de ayer el flujo de volquetas disminuyó, maquinaria minera no realizó extracción de material, esto debido a la suspensión de actividades que recayó sobre las canteras de San Antonio de Pichincha, en las poblaciones de Cangahua, Caspigasi, Catequilla y Calacalí, norte de Quito.

Rosa Blancoso vive en el sector de Cangahua y para ella resultaba normal escuchar el transitar de volquetas todo el día cerca de su casa, que queda camino a la cantera del mismo lugar. “En la madrugada no escuchamos nada, es la primera vez en los 25 años que vivo aquí que puedo dormir en paz, que no se escuchan peleas entre los conductores de las volquetas para que se den paso”, dijo Blancoso.

La suspensión de actividades en los lugares de extracción de material se dio la tarde del jueves, ya que la Secretaria de Gestión de Riesgos decretó que no se realice ninguna labor por un tema preventivo, tras el sismo de 5,1 grados, ocurrido el martes en la tarde.

Durante el operativo de cierre se detectaron 27 canteras que funcionaban en la zona de Cangahua, Caspigasí y Catequilla. De ellas, según el viceministro del Interior, Javier Córdova, 11 trabajan de manera legal y 16 de manera ilegal. Córdova detalló que se suspendió la actividad en 27 de las 33 canteras que tenían registradas en la zona. Explicó que las restantes 6 no se pudieron ubicar. Consideran que entre ellas algunas ya no estarían ejerciendo el trabajo.

Por esta razón la presencia militar y policial en el lugar se reforzó. En el ingreso sur a la avenida Córdova Galarza, en el sector del Condado desde la tarde de ayer está ubicado un punto de control de volquetas. En este lugar se detienen a todos los vehículos pesados para verificar que los conductores no porten armas y que no se dirijan hasta las canteras a retirar material.

El teniente Jorge Arellano del Comando Conjunto explicó que las volquetas que viajan con material se les permite su paso, ya que van a dejar escombros, en la mayoría de casos, pero en caso de que el chofer piensa dirigirse hasta alguna cantera de la zona se le impide su paso y se les obliga a regresar a Quito.

Controles similares se establecieron en cinco puntos de la vía San Antonio de Pichincha - Calacalí.

Jorge Champantaxi es conductor de volquetas desde hace 15 años. “Hoy tenía dos pedidos de ripio, no se como les voy a cumplir a las personas que me contrataron, la suspensión de actividades es grave porque afecta a la economía de muchos actores, no solo quienes trabajan en las canteras de San Antonio”.

Las minas, en cambio lucieron abandonadas y en los ingresos con un fuerte resguardo militar. A lo largo de la vía Calacalí existen cordones militares que impiden el paso a cualquier civil.

En Catequilla los moradores de este sector permanecieron en sus casas o sentados en el camino que conduce a la cantera. “Ayer nos notificaron que no podemos hacer nada, no podemos extraer piedra de este lugar para comercializarla, no sabemos de que vamos a vivir este tiempo”, dijo Luis Asitimbay, uno de los propietarios de la cantera.

María del Pilas Cornejo, secretaria de Gestión de Riesgos, destacó que la revocatoria de la suspensión dependerá de la evaluación, y si luego de ella “se determina que no tienen influencia, pero que esta zona se va a deslizar, entonces se debería prohibir cualquier actividad”.

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