El Arrastre de Caudas convocó a los fieles católicos
Fieles se congregaron en la Catedral (centro de Quito) este miércoles 23 de marzo para presenciar el tradicional "Arrastre de Caudas", uno de los eventos centrales que se realizan por la Semana Santa.
El origen del rito se remonta a la época romana, cuando se batía la bandera en una ceremonia fúnebre practicada por el ejército mediterráneo. Cuando un general moría, el jefe de la legión batía el estandarte sobre el cuerpo del militar y luego sobre la tropa para transmitirles sus virtudes y fortaleza. Esta tradición, traída por la evangelización española, aún se conserva en Quito, Lima y Sevilla, pero transformada a la religión católica en la cual se traslada el valor de Cristo hacia los creyentes.
En la celebración participan clérigos, identificados como 'Los Primados', quienes son elegidos para esta ceremonia por su antigüedad al servicio de la iglesia, con una edad promedio de 80 años. A estos religiosos se les ofrece la participación en el culto porque han entregado sus vidas al servicio del pueblo. Es por tal motivo que entran a la iglesia vestidos de blanco, simbolizando la pureza de su labor, pero cubiertos con una capucha con capa negra (cauda) de varios metros de longitud que se arrastra en señal de la purificación de los pecados.
En el altar aguarda el Arzobispo de Quito, vistiendo una túnica dorada, púrpura y blanca, adornada con hilos de oro y plata, acompañado de dos canónigos vestidos de blanco y púrpura, color que representa la penitencia.
Durante la celebración se representa la presencia de Jesús a través de la exhibición del ‘Lignum Crucis’, una reliquia celosamente resguardada por los clérigos quiteños, que se compone de oro y piedras preciosas, y que en su centro tiene impregnados fragmentos de la auténtica Cruz de Cristo. Este objeto es al cual se rinde homenaje con una gran bandera negra, que simboliza a la humanidad en tinieblas, que lleva una enorme cruz cristiana de color rojo en su centro, color que representa al "martirio".
Ceremonia fúnebre y liturgia
A las 12:00 del Miércoles Santo inicia la ceremonia fúnebre con la entrada de los 6 primados que arrastran las caudas, mismos que van escoltados cada uno por un séquito de tres estudiantes hasta su llegada al altar mayor donde son recibidos por el Arzobispo y sus canónigos, estudiantes del Seminario Mayor que llevan cirios encendidos. La entrada se realiza acompañada de música fúnebre que es interpretada en el órgano mayor de la Catedral, lo cual se combina con un ambiente oscuro, que despide un aroma a incienso y sahumerio, que inmediatamente transporta a los asistentes de la ceremonia al siglo XVI.
Luego los primados se colocan de rodillas sobre unos cojines de terciopelo rojo, e inicia el rezo de las "solemnes vísperas" mientras un diácono sube al púlpito exhibiendo a los asistentes el ‘Lignum Crucis’. Acto seguido la cruz es colocada en el altar y los primados se recuestan en el suelo boca abajo, dejándose ver solamente las caudas, esta parte significa la muerte de Jesucristo.
En este punto el Arzobispo flamea la bandera gigante que está colocada en la mesa central del altar de la Catedral sobre los primados y sobre el Lignum Crucis, lo cual representa el homenaje al general caído. Luego el Arzobispo da tres golpes en el piso, que significan los días que Jesús estuvo en su tumba, y los clérigos se levantan del suelo representando la resurrección del Todopoderoso, en este punto inicia la litugia católica, con la cual el Arzobispo bendice a los asistentes con el Lignum Crucis y la ceremonia concluye. (I)