Luego de cinco años de iniciada  la construcción del nuevo aeropuerto  de Quito, ubicado en el sector de Tababela, al este de la ciudad, los trabajos  registran  un 83% de avances. 

Los edificios de  la terminal de pasajeros, la torre del control y  de carga han sido concluidos, mientras que el hangar y las estaciones de Policía, de aviación general, de bomberos, de montaje de los equipos técnicos y estación de mantenimientos aún faltan por ser completados.

“Al momento se está procediendo a la colocación de la capa asfáltica en la pista, la siembra del césped  e instrumental aledaño”, manifestó  Leonardo Maya, gerente de la obra.

El alcalde de la ciudad, Augusto Barrera, anunció que luego de  colocar la capa asfáltica en la pista se iniciará con una serie de pruebas de  despegues y aterrizajes reales para probar el equipamiento y las rutas de acceso al aeropuerto, ubicado a 25 kilómetros al este de Quito.

Para certificar la  calidad y la seguridad de la terminal aérea, el vicealcalde Jorge Albán informó que, por su ubicación y funcionalidad, la zona ofrece mayores ventajas que el aeropuerto Mariscal Sucre. 

La pista tiene una extensión de 4.100 m, lo que la convierte en una de las más largas de Latinoamérica. La  actual pista tiene 3.600 m.

Fernando Ratto, representante del grupo de fiscalizadores de Quiport,  indicó que los avances se ajustan al cronograma, lo que facilitará la operatividad de la estación aérea el próximo año. 

Tendrá un  promedio de 44 operaciones por hora, con servicios de acuerdo a las normas IATA y una capacidad de estacionamiento  para 20 aeronaves, además de 50 mostradores para la atención a los viajeros.

En cuanto a las vías de acceso, la semana anterior se realizó una inspección y se aceleran los trabajos.