En la ciudad se concentra el mayor número de establecimientos económicos del país
El 56,8% de los quiteños se gana la vida mediante la provisión de servicios
Ana Serrano vive en Quito desde hace aproximadamente medio siglo. “Llegué jovencita desde Tanicuchí (Cotopaxi) a probar suerte en la ciudad; debo haber tenido unos 20 años”, cuenta la mujer.
No tenía familia en la capital y al principio se ‘acomodó’ en casa de unos conocidos de su mamá en el sector de El Tejar (centrooccidente). “No quería ser una carga por lo que en seguida busqué la forma de ganarme la vida. La dueña de la casa en la que vivía, que tenía unos contactos, me ayudó a entrar en el mercado de San Roque, donde empecé a vender legumbres”, comenta.
Al final de los años setenta, abandonada por su esposo y con 4 hijos a quienes alimentar, decidió cambiar el giro de su negocio e inició con un puesto de comida. “Empecé vendiendo caldos de gallina y pescado frito”, recuerda la hoy septuagenaria mujer.
A partir de entonces, la preparación de comida se convirtió en su forma de sustento. “Gracias a Dios, con mi trabajo pude educar a mis hijos y ahora todos son profesionales”, comenta sin ocultar su orgullo.
Graciela, la primera de sus hijos y quien tiene título de maestra normalista, ayuda actualmente a la anciana a administrar el restaurante que tiene en el sector de La Marín (centro).
Ana forma parte del 56,8% de habitantes de la ciudad cuya ocupación se relaciona con la provisión de algún tipo de servicio en las ramas de finanzas, hotelería, transporte, comunicación, etc.
Según datos del Instituto de la Ciudad, la segunda actividad económica capitalina es el comercio que ocupa al 18,5% de las personas con trabajo. En tanto que la manufactura tiene una participación en el mercado laboral con el 14,2% de los empleos, lo que representa alrededor de 70 mil plazas.
Luis Armijos forma parte de este último grupo. El tungurahuense de 76 años rememora que dejó los estudios apenas terminada la primaria y que aprendió el oficio de confección y reparación de zapatos en su natal Ambato. “Eran otros tiempos. En aquel entonces, era normal que uno ayudara a sostener la casa desde muchacho”, afirma.
Relata que despechado por un amor no correspondido se vino a Quito tras los pasos de su tío Rodolfo Anda, hermano de su mamá, quien le consiguió ‘una pega’ en una zapatería del barrio La Loma.
Con los conocimientos adquiridos, al cabo de 20 años de trabajo decidió independizarse e inició su negocio, que en un principio era simplemente de reparación de calzado.
Sin embargo, como él mismo dice, “tenía el bichito de hacer algo más” y empezó a ahorrar “hasta formar un capitalito para comprar materia prima y algo de herramientas y maquinaria básica para empezar un empresa”.
Entonces empezó a fabricar zapatos “de buena calidad, como los que se hacen en Ambato” y a ofrecerlos, primero, en su propio local para ver si tenían demanda.
“Al principio salían de a poquito. Hasta me daba vergüenza mencionarlos a los clientes”, comenta Armijos, quien añade que un vecino (ya fallecido) que tenía un puesto de venta la calle Ipiales le sugirió que ofreciera sus productos a los vendedores de zapatos de ese lugar. Y que la idea fructificó.
Inició así una actividad manufacturera en la que lleva ya alrededor de 30 años y que le ha permitido desahogar su economía a la par que dar empleo, en la actualidad, a 7 personas que lo acompañan en su negocio.
Datos
La ciudad alberga el mayor número de establecimientos económicos (101.937) del país y estos, a su vez, concentran el 41% del total de ingresos por ventas.
La mayor generación de valor en el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) proviene, a partir de 2007, de actividades profesionales e inmobiliarias (22,5%) y manufactureras (19%), según datos oficiales.
Entre 2008 y 2013, Quito se posicionó como una de las ciudades con mayor tasa de ocupación (54,98%); una tasa de desempleo (5,15%), menor al promedio nacional urbano.
En la fabricación de vehículos y productos farmacéuticos, las empresas del DMQ concentran entre el 89% y el 92% de los ingresos por ventas en todo el país. El subempleo y la informalidad son las más bajas de Ecuador con 35,6%. Quito cuenta con el 23% del total de empresas a nivel nacional que elaboran productos certificados con Sello de Calidad INEN.