La mañana de ayer, alrededor de las 08:10, ocurrió una explosión a causa de la acumulación de  gas en un departamento del tercer piso del edificio Siena, ubicado en las calles Carlos Guerrero y Bosmediano, barrio Bellavista (norte).

El inmueble, según Manuel Sánchez, del Cuerpo de Bomberos de Quito (CBQ), no tenía permiso alguno para el funcionamiento de gas centralizado. “El primer permiso es el de factibilidad que se obtiene en planos, y el otro es el definitivo, que lo emite el CBQ para la operación tras una inspección.

Lamentablemente, ellos (los constructores) no lograban siquiera el permiso de factibilidad. Hicieron un primer informe y no pasaron; y luego otro en octubre, que tampoco fue aprobado. El tema es que ellos no podían operar. Tras el incidente, lo que estamos por determinar es cuál fue la causa de la explosión”, indicó.

La onda expansiva afectó edificaciones aledañas; por ejemplo, rompió  ventanales y vidrios de vehículos. Hasta el lugar acudieron dos ambulancias, cuatro patrullas de la Policía y personal del Cuerpo de Bomberos (CBQ), quienes  investigan.

El inmueble afectado empezó a ser habitado hace unos seis meses, según los primeros informesEn el sitio se registraron dos víctimas: Bolívar Y. (68 años), propietario del departamento siniestrado, quien presentó quemaduras de segundo grado, por lo que fue llevado al hospital Metropolitano (particular). La otra afectada fue Mayra S. (34 años), quien al momento de la explosión transitaba por el lugar y sufrió una crisis nerviosa.

En la ciudad, especialmente  en el  norte, los nuevos edificios utilizan el sistema de gas centralizado, el cual debe estar sujeto a diversas normas técnicas y de seguridad.

Carlos Núñez, propietario de Centralgas, compañía que se encarga de ofrecer este servicio a varias edificaciones y fábricas en la urbe, comentó que para instalar esta forma de provisión del combustible se necesitan dos permisos otorgados por  los bomberos y cumplir con la norma INEN 2260.

“La norma INEN señala que los tanques de gas deben estar alejados de parqueaderos, sistemas eléctricos,  motores; que debe existir una línea de tierra, de enfriamiento y  que no pueden compartir ductos con otras conexiones, entre otras normas”, señaló Núñez.

La Agencia Reguladora de Control Hidrocarburífero (ARCH) es la encargada de emitir una certificación de funcionamiento a las empresas proveedoras del combustible. De acuerdo con la entidad, a partir de un metro cúbico de uso del hidrocarburo en una edificación, esta deberá contar con los permisos correspondientes.

La cantidad de tanques que se instale en un inmueble dependerá del número de departamentos, de los puntos de gas y del consumo previsto de combustible.    

Por ejemplo, la empresa Centralgas, en promedio, recarga tres veces al mes un condominio de ocho departamentos, y por ello cobra  25 dólares.

El Municipio inició a finales del mes pasado la emisión de licencias de construcción en el Distrito, las que tienen como objetivo regular y garantizar el buen estado de las edificaciones.

Luis Andino, del Colegio de Arquitectos de Pichincha, entidad que se encarga de aprobar  los planos, indicó que con este procedimiento también se regularán los permisos de  gas centralizado, con el fin de garantizar la seguridad de los ocupantes de los inmuebles.