Autoridades ecuatorianas abogaron hoy por un hábitat que procure el buen vivir de la humanidad y sea sostenible, a propósito de la próxima realización aquí de la cumbre sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible Hábitat III.

Ecuador fue el país escogido por Naciones Unidas para el desarrollo de este evento en Quito, del 17 al 29 de octubre del año en curso.

La ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda de Ecuador, María de los Ángeles Duarte, comentó entre los retos generales el acelerado proceso de urbanización pues la tendencia mundial en las últimas décadas ha sido el abandono de los campos para trasladarse a las ciudades.

Según explicó la funcionaria, Ecuador no ha sido una excepción pues de aproximadamente 16 millones de habitantes más de 10 millones viven en áreas urbanas y esto debería conducir a un replanteamiento de la organización.

Además del asentamiento desordenado, algunos se han instalado en zonas de riesgos y a juicio de la arquitecta deberían buscarse soluciones en función de la calidad de vida, pues la urbanización ha trascendido a la planificación en muchas ciudades.

Duarte informó que la Asamblea Nacional de Ecuador estudia en estos momentos la Ley de Ordenamiento Territorial que contiene herramientas que contribuirán a una mejor organización.

Representantes de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas, los gobiernos locales, la sociedad civil, el sector privado, parlamentarios y académicos, participarán en la cita, donde se espera delinear nuevos conceptos y construir una agenda urbana enfocada en el futuro y en la acción.

Los informes nacionales y regionales a presentar en Hábitat III se discuten por estos días en cada país, mientras en Ecuador se analizarán en diversos foros en marzo y abril que tendrán sede en ciudades como Porto Viejo, Cuenca y Guayaquil, entra otras, para recoger una opinión abarcadora de la ciudadanía.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Ricardo Patiño, manifestó este miércoles en una reunión preparatoria del evento la necesidad de aprender a vivir juntos, de entender la vida en comunidad, ante la sobrepoblación de las ciudades.

En ese sentido, defendió las ciudades humanizadas, la creación de espacios públicos que permitan la realización individual y colectiva, y a la vez el entendimiento de la naturaleza como fuente principal de vida y un sujeto de derechos.

"La naturaleza tiene que estar incluida en la agenda urbana", afirmó y recomendó esforzarse por lograr ciudades abrigadas por la naturaleza y un cambio de matriz energética hacia una más amigable que facilite a la sociedad su reproducción sin grandes perjuicios.

Patiño recomendó intentar una transformación de los asentamientos urbanos del planeta en lugares más humanos. (I)