Deslizamiento de ladera afecta a 41 viviendas de Oyacachi y obliga a evacuar a 200 personas
Elementos de los diferentes cuerpos de socorro se movilizaron desde la noche de ayer viernes y todo el día de hoy sábado para atender una emergencia registrada tras un deslizamiento de tierra ocurrido en la comunidad de Oyacachi, en el cantón Chaco, provincia de Napo, en donde 41 viviendas resultado afectadas, de las cuales, 15 fueron arrasadas totalmente por el lodo, piedra y tierra.
El presidente de la Junta Parroquial de Oyacachi, Michael Parión, dijo que si bien el deslizamiento de una ladera afectó a cerca de medio centenar de casas, no se registraron fallecidos ni heridos, aunque 200 de los 650 habitantes de la zona debieron ser evacuados.
Las pérdidas materiales son cuantiosas, especialmente para quienes habitaban los alrededores de la quebrada Chushijsacha.
A Oyacachi se ingresa por dos puntos: por la vía Guachalá, por Cayambe, y por la parroquia de Papallacta, situadas al norte y oriente de la provincia de Pichincha, respectivamente.
Y es que Oyacachi se ubica en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, dentro de la Reserva Ecológica Cayambe-Coca, entre las poblaciones de Baeza y Papallacta.
Según Fabricio Echeverría, Coordinador Zonal 9 de la Secretaría de Gestión de Riesgos, esta sector montañoso y rodeado de quebradas está conformado por depósitos volcánicos y suelos arcillosos, lo que hace que el agua se acumule, provoque fisuras en el suelo y cause aluviones.
Al sitio acudió personal del Cuerpo de Bomberos, Policía Nacional y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de Cayambe y de Quito, así como miembros de la Secretaría de Gestión de Riesgos y del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Metropolitano.
Varias carpas de instalaron cerca de la iglesia de Cangahua, en el cantón Cayambe, para acoger a las familias damnificadas, quienes especialmente se dedicaban a la actividad pecuaria: producción de carne, leche y queso, así como al ecoturismo, a la elaboración de artesanías en madera y a la piscicultura. Sin embargo, se analiza levantar albergues adecuados en establecimientos educativos y casas comunales de las parroquias rurales de Cangahua y San Antonio.
El alud del viernes último ha sido el más fuerte, pues otro derrumbe que se registró el 20 de febrero pasado no dejó viviendas ni personas afectadas. Ocurrió en una quebrada ubicada a 200 metros de la comunidad de Llullucha.
Echeverría añadió que para evitar una mayor tragedia, están pensando en un plan estratégico a mediano plazo o, incluso, considerando la reubicación de la comunidad, conformada por 650 habitantes, con alrededor de 200 casas.
“El lodo se llevó todo”
Un total de 22 familias lo perdieron todo. Uno de esos casos es el de Agustín P., de 39 años, quien desde hace 8 años se dedica al criadero de truchas. Tenía 22.000 peces en 7 piscinas, pero “el lodo lo arrasó y enterró todo” y quedaron vivas apenas 200 truchas. Además, la casa y bodega que tenía cerca a las piscinas fue totalmente destruida. En medio del desconcierto recodó que hace 8 años ocurrió algo similar.
Otras familias no resultaron afectadas, pero están tan asustadas que pidieron ser evacuadas o decidieron abandonar la zona por sus propios medios. Uno de esos casos es Susana Fernández, quien envolvió algo de ropa en varias sábanas y se marchó: “Tengo miedo que nos pase algo, por eso llevé a mis dos hijos a Cangahua”, contó a EL TELÉGRAFO.
Otros habitantes, en medio de una pertinaz lluvia, cruzaban por las calles llenas de lodo y huecos tratando de poner a buen recaudo los pocos enseres que lograron rescatar.
En cambio, camionetas de la Secretaría de Riesgos llegaban con colchones, frazadas y material de aseo para repartirlo entre los damnificados. (I)
