En el segundo día de operación del Corredor Suroccidental, el tránsito vehicular en la avenida Mariscal Sucre fluyó de manera regular. Mientras que en  las vías alternas, hubo  problemas de congestión y embotellamiento.

Desde la calle Necochea hasta  Miraflores se eliminó la exclusividad de la vía del corredor. Los agentes de la Policía de Tránsito permitían que los autos particulares entraran en el carril exclusivo, lo que  mejoró la fluidez en el sector.

Además, para mejorar la movilidad, la municipalidad desplegó  brigadas de información de las vías alternas.
Para el traslado desde el sur hacia el centro y norte de la ciudad  pueden ser utilizadas las siguientes avenidas:  Alonso de Angulo, Rodrigo de Chávez, 5 de Junio, San Juan, Velasco Ibarra, Pichincha, Venezuela y Napo.

En las avenidas que unen a los barrios del sur con la Villaflora, Napo y  el Trébol, se formaron largas filas de autos. En la Alonso de Angulo, a la altura de la Administración Zonal Eloy Alfaro,  los vehículos esperaban para seguir a la Villaflora.  La ansiedad por salir del embotellamiento provocó que  los conductores no respetaran los  semáforos ni a los agentes de tránsito. 

Los choferes que eligieron esta vía, para llegar a la avenida Napo y desde allí acercarse al norte de Quito, pitaban y rebasaban cada vez que podían. Además, culpaban de su calamidad al Corredor Suroccidental. “Por el inicio de ese sistema de transporte nos fregamos todos”, dijo Luis Andrade, conductor.

Por  la avenida Rodrigo de Chávez, los autos fluían con normalidad, hasta llegar al redondel de la Villaflora, en donde la fila de vehículos se formó para subir por la calle El Corazón hacia la avenida Napo.

El tránsito colapsó en el sector en que la avenida Alonso de Angulo y la calle El Corazón se unen a la  Napo. Desde allí, un auto se demoraba en llegar al colegio Juan Pío Montúfar, a nueve cuadras,  30 minutos.
Patricio Ortega, controlador de la unidad de transporte Lujoturissa, contó que estaban atrasados con 40 minutos, y agregó que desde el pasado lunes “la avenida está más congestionada”.

Varias personas esperaban los vehículos    que los trasladan a su lugar de trabajo. Juan Campaña expresó que por la operación del corredor la gente  optó por tomar la avenida Napo, lo que  causó que el transporte del Ministerio de Bienestar Social, donde trabaja, se retrasara 20 minutos.

Según un agente de la Policía Metropolitana, la avenida Napo normalmente tiene congestión vehicular “pero el lunes y el martes colapsó el tráfico”.

La congestión también se trasladó a la avenida Cinco de Junio, por donde los conductores eligieron llagar al Centro Histórico, y desde allí conectarse al norte. Esta vía es unidireccional, en horas pico. Eso no evitó que  se formaran largas filas de autos a lo largo de la calle.

Mientras tanto, los buses que pertenecen al Corredor se trasladaban con mayor fluidez,  en relación con el lunes pasado. Esta vez una unidad de la compañía San Francisco, que salió desde Quitumbe, hasta la estación Hospital del IESS, se hizo un tiempo estimado de una hora y diez minutos. El primer día de operación,  el tiempo de recorrido fue de más de dos horas.

Los usuarios del sistema de transporte público aún muestran inconformidad por la larga fila de buses que se forma desde el cementerio de San Diego hasta salir del túnel de San Roque, no obstante aceptan que el tiempo  disminuyó.

“Hoy el bus se demoró menos, pero todavía le falta”, señaló Gustavo Uzca, usuario del sistema.
Para mejorar la movilidad del Corredor Suroccidental el Municipio  incrementará  la presencia policial a lo largo de la ruta, particularmente en los sitos más congestionados, de manera que se resuelvan los trancones que se presentaron en la mañana los días anteriores y pueda recuperarse la fluidez en la circulación.   

Según Carlos Poveda, gerente de la Empresa  de  Transporte de Pasajeros,  la velocidad en la vía exclusiva  el primer día fue  de 10 kilómetros/h y  ayer aumentó  a 18.