Alrededor de 400 socios de los centros comerciales populares de Quito bloquearon ayer la Av. Maldonado, en el sur de Quito, para rechazar la proliferación de las ventas ambulantes en la capital. “No queremos que las calles se conviertan en mercados”, reclamaban los vendedores que hace 13 años fueron reubicados en los denominados centros comerciales del ahorro.

Desde las 07:00 cerraron la vía, obligando a los vehículos y a las unidades de la Ecovía a tomar rutas alternas. El tráfico se caotizó en la Av. Teniente Hugo Ortiz y en los alrededores del Mercado Mayorista.

La concentración fue al frente del Centro de Negocios Mayoristas Andinos, en donde los representantes de los centros comerciales populares de la ciudad dijeron que están cansados de la falta de control de las autoridades y de la emisión de permisos temporales para vendedores autónomos.

En el sector estuvieron el capitán Carlos Santamaría, como delegado del Municipio, y la comisaria de la Zona Eloy Alfaro, Pamela Narváez, quienes, luego de 90 minutos de escuchar los reclamos de los mercaderes, firmaron un acta de compromiso para “retirar de forma radical las ventas ambulantes de los alrededores de los centros comerciales y realizar operativos permanentes con la Policía Metropolitana y un comisario”, particularmente entre el 5 de diciembre y el 5 de enero por las festividades.

Wilson Hidalgo, representante del Centro de Comerciantes Andinos y de los Centros Comerciales Populares, integrado por unos 8.000 socios, indicó que son afectados “de manera inconsciente por el Municipio” y que las ventas decayeron más del 50%.

“Necesitamos que de una vez por todas el alcalde (Mauricio Rodas) se dedique a administrar la ciudad”, sostuvo el dirigente, quien además recogió la inconformidad de sus compañeros por la gestión de  Marco Murillo, supervisor distrital de Comercio.

Martha Ruiz, dirigente del Centro Comercial Ipiales del Sur, ubicado en Chillogallo, indicó que si no ven resultados por parte de las autoridades municipales, hasta el 15 de diciembre, volverán a tomarse las aceras de la ciudad como señal de protesta por la competencia desleal de las ventas ambulantes. (I)