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Apunte literario de un estudiante del mejía

Carta de amor dedicada a una niña inasible e indiferente

La adolescencia es la época en que los seres humanos vivimos el amor de manera incondicional e incluso ingenua y estamos dispuestos a todo. Foto: Archivo/ El Telégrafo
La adolescencia es la época en que los seres humanos vivimos el amor de manera incondicional e incluso ingenua y estamos dispuestos a todo. Foto: Archivo/ El Telégrafo
25 de enero de 2015 - 00:00 - Ezequiel LandázurI. Instituto Nacional Mejía

No te miento y hacerlo sería una difamación tan horrible e imperdonable que el mismo Dios, con su mano, me arrojaría a los abismos, al infierno de Dante.

Satanás, Lucifer, Mefistófeles serían mis compañeros eternos si yo te dijera que lo que has escrito no retumba en el recuerdo y mi cabeza, desde que lo leí, no ha podido perder esas líneas, esas frases, esas palabras tan bellas.

Mi querida niña, tanto te he escrito: líneas, frases, oraciones, versos, hojas y cuadernos repletos solo para ti. Más de 20 poemas de amor puedo construir con tu imagen en mi mente. Canciones desesperadas te canto y tú, sorda, ebria de dolor, no escuchas.

Veinte poemas que son solo palabras de un triste loco que no puede explicar lo que siente por ti. Decir que te quiero no serviría de nada.

No deseo molestarte con estas pocas palabras; si lo sientes así, tíralas, quémalas, no leas más, haz lo que desees.

No es como quisiera que terminaran estas líneas, no es como quisiera que tú me recuerdes, pero la editora me llama: “Ezequiel, Ezequiel, deja de ser tan ridículo; sabes que aunque escribas eternamente, 2 líneas publicaré”.

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