En la capital existen 102 canteras, de las cuales   solamente el 33% cumple con los requisitos de funcionamiento, el 52,9% no ha realizado la sustitución del título minero y el 13,7% realiza actividades de libre aprovechamiento, razón por la cual las autoridades del Municipio cerraron algunas de ellas hasta que  presenten los documentos en regla. 

Más de dos meses han permanecido cerradas las canteras y según el alcalde capitalino, Augusto Barrera, no todas permanecen cerradas, solamente un pequeño porcentaje: “la razón es que se están realizando las investigaciones administrativas del caso. Se les dará un plazo prudente para que entreguen todos los papeles en regla”. 

Barrera explicó que la explotación del material pétreo en las parroquias rurales de la capital traían consecuencias graves no solo en el aspecto ambiental sino también en la  salud, tanto de los moradores de la zona como  de los sitios aledaños. 

Eso sucedía porque trabajan sin ninguna precaución y sin cumplir con normas de cuidado específicas.
Agregó que para la regularización de las canteras los documentos que se deben entregar son: título minero, auditoría ambiental, plan de manejo, pago de regalías y papeles de afiliación de los trabajadores al Seguro Social. 

El burgomaestre no dio fecha de apertura de las canteras, pero explicó que se abrirán conforme  entreguen los papeles en regla.

Las autoridades municipales  y representantes de las canteras y volqueteros tuvieron una reunión el pasado lunes, en la que aceptaron varios de los pedidos que realizó la municipalidad.   

Entre ellos, que se trabaje en horarios específicos (de 03:00 a 07:00)  para no molestar a las comunidades  aledañas a las canteras. Además,  aceptaron usar cobertores en las volquetas que llevan el material para que no vuelen partículas y afecten el aire. Barrera acentuó que no permitirá que los volqueteros cierren las vías, como han amenazado desde hace varios días.          

La explotación antitécnica afecta a poblaciones cercanas

En el aspecto ambiental, los trabajadores  de las canteras -luego de  extraer arena y material pétreo- abandonan  el lugar sin realizar trabajos de regeneración de la montaña y del sector aledaño.  Barrera dijo que “no se puede explotar de cualquier manera, debe haber una regularización”.       

Además agregó que se exigirá que no se llevé escombros al sector, así  también,  que se realicen mingas de limpieza  con el objetivo de cuidar el medio ambiente. 

Con respecto a la  salud de los pobladores de las parroquias  Pomasqui y San Antonio de Pichincha, el secretario de Ambiente del Municipio, Ramiro Morejón,  explicó que se realizó un monitoreo de la calidad del aire en el que se evidenció niveles elevados de material particulado,  es decir, polvo en el aire. El material causa problemas  respiratorios y molestias en los ojos.

En el sector de la cantera San Catequilla, una familia  de 14 integrantes tiene problemas de salud, por la cercanía de la cantera. 

La familia Paladines no tuvo otra opción que asentar  su vivienda  cerca de la cantera. Víctor, cabeza de hogar, cuenta que desde hace cinco años construyeron la casa, pero desde esa fecha los más pequeños  han tenido problemas de salud. Sus nietos presentan cuadros de fiebre y de dolor de cabeza. Además, son los únicos del barrio que no cuentan con el servicio de agua potable  y la razón es que no tienen escrituras.

Ellos piden a las autoridades municipales que no   reabran el trabajo en las canteras, pues  temen  que las piedras que sacan puedan caer en su vivienda. Además, cuentan que el ruido de las retroexcavadoras no permite dormir en las noches.     

Para evitar que haya afectaciones en la salud de los demás moradores de barrios contiguo,  se exigirá que las volquetas lleven cobertores, evitando así que la arena se esparza en el ambiente. Eso también   evitará  que la carretera principal de San Antonio de Pichincha, Manuel Córdova Galarza, se  deteriore con la caída del material pétreo.

Barrera explicó que también se  deben pavimentar las rutas que siguen las volquetas. Asimismo, se definirá un recorrido específico, y  los horarios pautados evitarán molestias a la comunidad.