“Campuseros” escuchan los colores y miran los sonidos
¿Escuchar los colores? ¿Ver el sonido? ¿Destruir globos de agua sin mojarse? Todo eso y más se hizo posible en el Campus Party, el primer encuentro tecnológico que se realiza en el Ecuador y que desde el miércoles reúne a cientos de personas en Quito.
Neil Harbisson, un irlandés que padece acromatopsia (ve el mundo en blanco y negro), demostró que la tecnología puede mejorar la calidad de vida de la gente. Considerado como el primer cyborg del mundo, utiliza desde 2002 un ojo electrónico (eyeborg) que percibe los colores como sonidos, los que son codificados a través de un chip instalado en su cabeza.
Utilizando una lógica semejante, los “geeks” (fanáticos de la tecnología) también crearon el earborg, otro dispositivo que permite, a quien lo usa, visualizar los sonidos. La presentación llamó la atención del vicepresidente de la República, Lenín Moreno, quien ofreció apoyo financiero del Gobierno ecuatoriano para desarrollar nuevas tecnologías que beneficien a las personas con discapacidad.
El encuentro concentró principalmente a estudiantes de electrónica, sistemas y diseño multimedia, interesados en aprender y compartir experiencias. Pedro Mera (18 años) llegó desde Guayaquil para conocer los últimos avances tecnológicos.
“Mis padres no querían que venga por temor al viaje y otros riesgos, así que reuní por mi cuenta los 110 dólares para la inscripción, el campamento y la comida. No tuvieron más opción que darme permiso”, contó el alumno de la Universidad Estatal de Guayaquil.
Con él llegaron otros compañeros, cada uno lleva su computador portátil y desde Cemexpo se comunican vía Facebook, Twitter y Skype con sus familiares y amigos en el mundo para contarles lo que han vivido en estos días. “Todo ha sido perfecto, la red (Internet) es rápida y todo está bien organizado. Lo único que no toleramos es el frío capitalino”, comentó entre risas Daniel Vera.
El centro de convenciones se ha convertido en un verdadero “cuartel de operaciones”. Los ordenadores principales ocupan el centro de la sala y desde allí se extienden metros y metros de cable que garantizan la conexión de los 2.000 participantes. Las laptops, iPods (reproductores), iPads (tablas digitales) y Xbox (videoconsola inalámbrica) están por todas partes y lucen diseños personalizados.
De ellos, el Xbox se tomó el área de entretenimiento, pues, a diferencia de los videojuegos tradicionales, un censor de movimiento captura la imagen del jugador y lo introduce en la pantalla, de modo que deberá saltar, agacharse o pelear como lo haría un personaje de ficción.
Las jornadas son tan intensas que muchos no abandonan la sala. Comen pizza junto a su computador o duermen sobre el escritorio. La idea es no perderse nada del evento.
León Noboa (69 años) manifestó que la tecnología siempre fue su pasión y que estar en el Campus Party, que concluye hoy, ha sido una experiencia enriquecedora.