Ejercicios, manualidades, paseos, actividades lúdicas y distracción es lo que los adultos mayores practican en los 246 centros de “60 y Piquito”, repartidos en las ocho administraciones zonales.

En 2011 se inauguró el programa con 65 puntos en la ciudad para “transformar la situación de soledad y abandono (que viven algunas personas de la tercera edad). Queremos que estos lugares sean de alegría, felicidad y tenemos que avanzar en la concienciación de la sociedad para un trato digno al adulto mayor, para tratarlos como seres humanos realmente maravillosos”, manifestó en aquel momento el alcalde Augusto Barrera.

Al cierre de 2012 se han beneficiado alrededor de 15.000 abuelitos, quienes también fueron carnetizados con el propósito de que este segmento de la población acceda con facilidad a los centros de atención médica estatales. 

Las distintas actividades que se practican en los puntos del “60 y Piquito” han mejorado la calidad de vida de los abuelitos, aseguró Verónica Mejía, enfermera del Centro del Adulto Mayor (CEAM) Casa del Respiro. 

En el lugar, las personas de la tercera edad realizan actividades físicas, como gimnasia, bailoterapia y caminatas. Y para evitar el deterioro intelectual de los adultos mayores también participan en talleres de lectura, memoria y juegos de mesa. Además, se los capacita en gastronomía, computación, manualidades, entre otros.

Fausto Cevallos (77años) asiste al CEAM-Centro, ubicado en las calles García Moreno y Rafael Barahona, los lunes, miércoles y viernes, es para hacer ejercicio para mantenerse fuerte y saludable.

Esos días realiza gimnasia, junto con otros compañeros, y luego utiliza las máquinas de ejercicio instaladas en el patio del centro. 

Contó que esa actividad lo distrae, ya que el día pasa con su esposa, de 84 años, quien está enferma y no puede salir de casa. “Cuidarla es difícil y desgastante, cuando hay tiempo vengo a hacer ejercicio para distraerme. Tengo dos hijas en el país y dos en el extranjero, pero no me ayudan con el cuidado de ella”, relató.

Durante el año, los puntos de “60 y Piquito” han realizado varias actividades, como caminatas, para mostrar a la ciudadanía la fuerza y alegría que poseen las personas de la tercera edad.

La caminata que tuvo más acogida fue en conmemoración al Día del Adulto Mayor, organizada en octubre pasado, y a la que asistieron miles de abuelitos. Recorrieron desde la avenida Amazonas y Veintimilla hasta la Cruz del Papa, en el parque La Carolina.

Los participantes llevaban globos e intervinieron en comparsas, hasta concluir con una presentación artística.

Doña María (83 años) vive con su nieto en el sector La Pío XII, en el sur de la ciudad. A pesar de su problema para caminar, diariamente va en bus hasta el punto de “60 y Piquito” en Solanda.

Ella aseguró que le gusta ir porque se entretiene y la atienden bien. Su nieto, Marco Almagor, la acompaña a veces, pero le costea el pasaje de todos los días. “Lo que quiero es apoyarla porque le gusta y la veo feliz, ahí se siente acompañada mientras yo trabajo. Ella veló por mí en su juventud y yo le debo retribuir su esfuerzo”, expresó.

El pasado junio, los abuelitos tuvieron un momento de esparcimiento en el encuentro de personas de la tercera edad que se realizó en el balneario El Tingo, ubicado en el Valle de los Chillos. Varias empresas se sumaron a la actividad donando uniformes y la movilización.

Las ferias para atender al adulto mayor han permitido difundir los beneficios que tienen. En noviembre de este año se realizó la Feria de la Salud y el II Festival Artístico del Adulto Mayor “Activos y Saludables”. Allí gerontólogos, trabajadoras sociales y deportólogos informaron sobre los programas para el adulto mayor.

En las ferias también se han demostrado las habilidades manuales de la tercera edad. En el Museo de la Ciudad, por ejemplo, se exhibieron sus trabajos y los vendieron a módicos precios. Y para concluir el año fueron agasajados en la Plaza San Francisco.