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Cinco nuevos buses se integraron el lunes al sistema municipal de transporte en Quito

Biarticulados no se acoplan bien a las nuevas paradas del Trolebús

El 6% de la flota de 80 biarticulados comprados por el Municipio operan desde el lunes en Quito.
El 6% de la flota de 80 biarticulados comprados por el Municipio operan desde el lunes en Quito.
Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo
13 de julio de 2016 - 00:00 - Redacción Quito

Un video circuló ayer en redes sociales. En las imágenes captadas con un teléfono celular se observa a pasajeros descendiendo con dificultad de uno de los 5 biarticulados que entraron en operación el lunes.

La escena ocurre en la parada del Trolebús de la calle Mejía, entre Flores y Montúfar (Centro Histórico), debido a que las nuevas unidades son más largas que la estructura de embarque y desembarque.

Los usuarios tienen que subir y bajar del vehículo por las 3 puertas delanteras, las que caben en las paradas originales, la cola del bus queda doblada sobre la calle Flores.
En ese punto funciona una parada antigua, de las que todavía no están adaptadas a los nuevos biarticulados.

Sin embargo, la situación se repite en algunas de las 11 paradas del ‘trole’ reconstruidas que ya se encuentran operativas. Lo mismo ocurre, por ejemplo, en La Recoleta, Cumandá, Santo Domingo y San Blas (sentido sur-norte).

Estas forman parte del proyecto de rehabilitación de 44 estaciones emprendido por el Municipio en octubre pasado y en el que se invierte alrededor de $ 13 millones.

Esta situación genera molestias y problemas a los pasajeros. El lunes, por ejemplo, César Rezabala tuvo que regresar a pie alrededor de un kilómetro para llegar a su destino.

El ciudadano de origen manabita tenía previsto quedarse en la parada de la plaza de Santo Domingo para realizar un trámite en el Centro Histórico. Como estaba al final del vehículo, no alcanzó a llegar ni siquiera a la parte media para bajarse, antes de que el chofer cerrara las puertas y reemprendiera la marcha.

De nada valieron los gritos de Rezabala, quien tuvo que llegar a la altura de la Plaza del Teatro, en el otro extremo del centro, para recién descender del medio de transporte. Pero la diferencia de longitud entre los nuevos automotores y las zonas de embarque y desembarque no es el único problema de acople.

A pesar de las obras de adaptación realizadas, el ingreso y salida de los pasajeros desde los biarticulados sigue con problemas en algunas de las nuevas y antiguas paradas. Un ejemplo de ello es la remodelada estación Santo Domingo, en dirección sur-norte, donde los usuarios deben saltar o dar un largo paso para abordar o desembarcar pues los buses no se juntan completamente a la estructura.

Esto complica la movilidad, sobre todo, de niños pequeños, adultos mayores y personas con dificultades de movilidad.

Ayer, la estudiante Julisa Verduga dijo que le llamó la atención la falta de planificación por parte del Municipio en la construcción de las nuevas paradas del Trolebús.
El criterio lo compartió Mónica Macías. La chica de 20 años señaló: “Ya que se invirtió tanto dinero en las nuevas paradas, se debió planificar mejor”.

Otra queja es el tiempo que tardan los nuevos vehículos en llegar a las estaciones. La Alcaldía tiene en sus manos solo el 6% de los 80 biarticulados, por lo que la espera por una de las 5 únicas unidades puede tomar una hora o hasta más.

Según el propio alcalde Mauricio Rodas, toda la flota de biarticulados deberá estar operativa en el segundo semestre de este año. Pero aún no se conoce la fecha de llegada de los 75 automotores restantes. (I)

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