Arte, activismo y trabajo se combinan en ferias independientes (Galería)

En la Casa del Árbol las actividades empiezan desde las 07:00. Rosa  Ortega y sus compañeras del colectivo Justicia para Vanesa sacan de uno de los cuartos de la vivienda varias cajas de cartón.

En menos de 30 minutos, el patio  del inmueble ubicado en La Floresta se llena de objetos: ropa, zapatos, juguetes, carteras, figuras de porcelana y más. Están listos para la venta. A las 09:00 de cada sábado la casa abre sus puertas para el último mercado de pulgas del año.

El propósito del colectivo es recaudar  fondos para financiar el juicio a favor de Vanesa Landínez Ortega, quien fue asesinada hace un año en Ambato. El lema de la organización es ‘Si tocan a una, nos tocan a todas’. A partir de esa consigna, las integrantes de la plataforma llevan adelante 4 procesos penales por femicidio.

Poco a poco, la gente llega al mercadito. Las ofertas y el regateo no cesan. Además de las ventas, el mensaje de las militantes es claro y explican a los visitantes sobre su lucha en contra de la violencia a la mujer y las acciones legales a las que pueden acceder las féminas en caso de ser agredidas.

“La plataforma tiene parámetros feministas y acompañamos casos de mujeres asesinadas. La idea de activarnos desde la autogestión surgió por la necesidad de visibilizar la problemática del femicidio en las calles, porque hasta ahora muchos casos han quedado en la impunidad”, dijo Rosa.

Casa para los viajeros

En pleno corazón del norte de Quito se encuentra Almazen, una tienda de productos orgánicos y artesanales. Todos los espacios de la casa están ocupados por visitantes, principalmente jóvenes viajeros que recorren latinoamérica de punta a punta -como ellos dicen-, autofinanciándose con la venta de sus artesanías.

Al entrar a la vivienda el olor a comida es envolvente. Los aromas de almendras y hierbas aromáticas caracterizan a la casa Almazen, pues, a más de ser una feria artesanal, es  un centro de guía nutricional saludable, especializada en comida vegana y vegetariana.

En el caso de la primera es 100% natural y las recetas que se ofrecen en el lugar no incluyen ningún tipo de proteína animal, como carne, leche o miel. Entre los platos que se ofertan están los  wraps integrales de verduras con hongos de pino, queso de chocho, miel de la flor de jícama, leche de vegetales y cereales, entre otros.  

El centro nació hace 12 años en Buenos Aires (Argentina) y hace 1 año llegó a Quito. Lola Ocampo es la propietaria e ideóloga del lugar.

Además, están los puestos que ofrecen pulseras, aretes, cadenas, zapatos, ropa, frutas, miel, plantas, pinturas, entre otras cosas.  

Victoria Longarini (27) llegó a la capital hace un año y medio desde  Argentina. Su encuentro con Almazen fue casual, ya que después de su último viaje, en Brasil, ella y su novio buscaban un lugar en donde vender sus artesanías sin tener que exponerse a los riesgos de la calle.

Diseño independiente

Aurora, Vulgomaestre, Uru, Sibarita, Pulpo Turibina, Petunia, el Oso Lector, Pannostro, Nahual, Milwa, Kiwka, Kamikaze, Cuica, Calaveras y Diablitos son algunas de las marcas que conforman la tercera edición de Carishina, una feria de arte y de diseño independiente en  el centro de Quito. La mayoría de las creaciones son de jóvenes que ven en sus obras una forma de vivir y demostrar su nivel artístico.

Este año, el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) fue el escenario de la feria, que contó con la participación de más de 50 marcas. “La idea nació porque sabemos que en la ciudad existen pocos espacios para exponer las marcas independientes y decidimos reunirnos para presentar nuestros productos”, dijo Fátima Mena, organizadora del evento.

Cada estantería es más sorprendete que otra, pues un sinfín de objetos y diseños inimaginables se hacían realidad en la feria. Un ejemplo de aquello es el puesto Camtoys, de Daniel Pérez, cuya marca se especializa en crear bisutería de personajes de cómics y de anime en porcelana fría. Daniel contó que la idea original fue de su hija, de 7 años, a quien le encanta dibujar y moldear  estas figuras.

Otra marca es Aropilla, de Diana Rueda, quien crea muñecos tejidos a croché llamados Amigurumis. Su trabajo abarca perros, gatos, conejos, zorros, ratones, y más.

La joven, quien toma como base la tendencia japonesa llamada kawaii, que representa objetos tiernos, comentó que las ferias de diseño independiente son una gran puerta de exhibición.