Carolina Gutiérrez, vendedora de salchipapas, comentó que hace 8 años compró un local en la urbanización Ciudad Bicentenario, ubicada en la zona de Pomasqui.

Tuvo que esperar 7 años para que se lo entregaran, pero durante el tiempo de espera tuvo que buscarse la vida como vendedora ambulante afuera de la Unidad Educativa Réplica Juan Pío Montúfar.

Ahora trabaja en el local, pero el negocio no es lo que esperaba.

Juan Calero, dueño de un bazar ubicado frente al plantel educativo, mencionó que inició su negocio en junio de 2015.

Calero se quejó de que sus ventas son bajas. Atribuye esta situación a que existe demasiada competencia en los alrededores y a que la Ciudad Bicentenario no se encuentra totalmente habitada.

Entre tanto, Mónica Imbaquín, propietaria de Víveres Margoth, dijo que empezó su negocio hace poco tiempo, con la esperanza de que la cercanía a la institución educativa le proporcionara un buen ingreso económico.

Sin embargo, se quejó de que las ventas varían entre regulares y bajas. Y que casi no puede vender sus productos a los estudiantes porque las autoridades y maestros del plantel se lo impiden. (I)