Alcantarillado para 5 mil habitantes, pero con calles enlodadas
La felicidad no fue completa para los aproximadamente 5.000 habitantes del barrio Rancho San Antonio Alto, en el Condado, al noroccidente de Quito. Ayer recibieron la obra terminada de alcantarillado y adoquinado de la calle principal, pero faltan las aledañas y transversales que están enlodadas, pues son de tierra.
La situación es peor en el barrio vecino, Rancho José Peralta, donde no hay alcantarillado, adoquinado, agua, ni luz, por lo que los dirigentes aprovecharon la presencia de las autoridades municipales para pedir que se los tome en consideración en la ejecución de obras, ya que están asentados en el lugar desde hace cerca de 40 años y siguen a la espera de ser atendidos.
El alcalde Augusto Barrera, acompañado de otras autoridades, llegó hasta la zona para entregar la obra, por lo cual se ensució los zapatos, ya que caminó una cuadra desde la principal hasta la Casa Comunal, en la que se había preparado un acto especial.
La obra entregada consiste en la instalación de 2.507 metros de tuberías de hormigón y plástico de varios diámetros, 50 pozos de revisión y 120 conexiones domiciliarias de alcantarillado, con una inversión de 338.000 dólares.
Según las proyecciones de la Empresa Municipal de Agua Potable y Saneamiento, el proyecto beneficiará a 5.000 habitantes del sector.
El presidente del barrio Rancho San Antonio Alto, Vicente Sarana, manifestó que las obras llegan después de diez años de espera y ahora la esperanza es que se complete el alcantarillado en las calles aledañas y transversales. De igual manera, solo se adoquinó un kilómetro de la vía principal, que es la de acceso a Rancho San Antonio Alto.
Además se trabajó en dos kilómetros de bordillos, un muro ciclópeo de 40 metros lineales y 48 metros de aceras, junto al jardín de infantes Miguelito, y la adecuación de la casa comunal del mismo barrio. La obra demoró siete meses y generó 40 empleos a los moradores de la localidad.
María Espinosa criticó que se entreguen obras en el sector mientras las calles aledañas y el acceso a la casa comunal están llenas de lodo. “Estas cosas se deben arreglar bien para que se hable de una entrega de obras”, indicó.
Está moradora no fue la única inconforme, Matilde Farinango argumentó que en varias calles no hay agua potable y la falta de iluminación en otras hacen que sea difícil transitar en las noches.
Luis Yacelga, quien vive en el barrio Rancho José Peralta desde hace 30 años, manifestó que en administraciones anteriores les entregaron un tanque para almacenar el agua que provee a 300 familias. “Este barrio es irregular porque tiene escrituras globales y hasta la fecha en la zona continúan operando los traficantes de tierras, por eso las obras no llegan”, agregó.
Según sus moradores, estos barrios tienen entre 30 y 40 años de asentamiento en el noroccidente de la ciudad, por lo que cuando llegan las obras esperan que sean completas y que no los dejen olvidados como en otras administraciones.
La comunidad de estos sectores ha colaborado con mingas. La mayor parte se realizó con trabajo comunitario, dijo Sarana. Personal municipal recalcó que la topografía del terreno y el asentamiento desordenado y caótico han impedido que los trabajos avancen rápidamente.
El alcalde Augusto Barrera se pronunció satisfecho por el avance de las obras en este sector, en el que fue bien recibido por los moradores del lugar, aunque tuvo que escuchar algunos reclamos.
“Estos espacios fueron de los traficantes de tierras y ahora se devuelven a la comunidad con obras y se continuará trabajando para devolver la dignidad y la modernización a las zonas populares”, manifestó.
Una inversión de 886.000 dólares han sido destinados para otros dos proyectos similares que están en plena ejecución en los barrios aledaños Plan Techo Noroccidente, primera etapa, y Jaime Roldós Aguilera, segunda etapa, sector II.
En El Condado, también se entregaron hace más de una semana trabajos de alcantarillado en el barrio Tiwinza, primera etapa, y la ampliación de vías de acceso. Esta zona se ha convertido en una de las más pobladas de la capital.