Elaine Souza baila samba mientras su hijo Gutto Vicuña interpreta en su guitarra el tema Bahía, del cantautor brasileño Dorival Caymmi. Su familia la completan otras 2 personas. Sus miembros llegaron a Quito en 2004 e inmediatamente se enamoraron de la tranquilidad que ofrece la ciudad.

El quiteño Carlos Vicuña conoció a Elaine en Río de Janeiro mientras cursaba sus estudios de especialización en Cirugía Pediátrica. El padre de René fue diplomático en Brasil en la presidencia de Sixto Durán Ballén, lo que motivó a que el médico se estableciera en esa nación.

A los pocos años de conocerse, la pareja contrajo matrimonio y tuvo sus primeros 2 hijos. Su vida en la ciudad carioca era buena gracias al esfuerzo —mucho—, pues el esposo tenía 3 empleos y su compañera de vida una empresa inmobiliaria.

Pero la inseguridad que reinaba en la urbe brasileña hizo que revisaran su situación. “Mis hijos tenían 10 y 15 años. Ya amaban la música y pertenecieron a varias bandas en su escuela. Pero la violencia crecía sin parar en Brasil, especialmente en Río, y el consumo de drogas era común en los colegios de clase media alta”, cuenta Elaine.

La mujer asegura que ante el aumento de noticias sobre estos temas, cuestionaba a su esposo sobre cómo iba a criar a sus hijos en ese entorno. Comenzó entonces a pensar en cómo sería su vida en el Ecuador y empezó a organizar el traslado.

Elaine menciona que para ello contó con la ayuda de su cuñado, quien preparó todo, y que cada miembro de su familia política los recibió con los brazos abiertos.

Cuenta también que pese a ello, la nueva vida no estuvo exenta de problemas relacionados con temas como vivienda, trabajo y colegio de los chicos. Pero que lograron superar todo y ahora no pueden sacar de sus corazones a la ciudad.

Hoy viven en una confortable casa ubicada en el norte capitalino. “Lo que más me impresionó de Quito fue su paisaje, sus nevados tan cercanos a la ciudad. También me agradó que su gente es muy parecida a los nordestinos del Brasil, lugar de donde provengo; al igual que los quiteños somos personas sencillas y amables a las que les gusta el entorno familiar, la comida y el trato”, mencionó Souza.

Luego de 10 años, la familia se siente parte de Quito y de su cotidianidad. Sus hijos son profesionales en medicina y música. René es médico en Solca y Elaine preside la Asociación de Residentes Brasileños en Quito. “Creo que yo no me iría nunca de aquí. Ya no podría vivir en otro lugar. Me gusta mucho su clima, su gente y, además, mi hijo ‘Gutto’ (diminutivo de Gustavo), está empezando su carrera musical aquí y me dice que quiere ser el primer músico en creer e impulsar la industria musical de este país”, asegura.

Quiteño de corazón y convicción

Gutto Vicuña tiene 20 años y practica música desde los 6. Toca varios instrumentos como la batería y el bajo, aunque asegura que su preferida es la guitarra.

Llegó a Quito con 11 años y reconoce que el cambio de ciudad y de colegio le afectó. Incluso señala que sufrió bullying (acoso escolar). “Me resultaba muy difícil hacer amigos. Fui un niño gordito que tenía el cabello pintado y un arete, mientras que aquí todos los niños tenían el cabello corto, estilo militar. No me adaptaba al principio, pero pude salir adelante”, cuenta el joven.

Aun más, ‘Gutto’ añade que sacó provecho de las adversidades, que no dejó que el bullying truncara sus sueños musicales y que a los 13 años conformó su primera banda, a la que bautizó Saudade (nostalgia). “Me concentré en estudiar y hacer música. Pensaba: o me pongo a llorar o hago algo y fue la música mi lenguaje. Y ahora, en menos de un mes, lanzaré mi primer disco como solista”, comenta.

El joven compositor y cantante usa ritmos como el rock, pop e indie europeo. Sus canciones hablan, entre otras cosas, sobre situaciones como el desamor y su adopción del Ecuador como hogar.

“Mi disco tiene 5 canciones. Es una propuesta que fusiona ritmos. Las canciones son en inglés por la influencia musical de mi hermano, un fanático de bandas como AC/DC, Led Zeppelin, etc. Pero también compongo en portugués. Los temas son llamativos y los llevo trabajando desde hace un año”, dice este aspirante a estrella.

‘Gutto’, igual que sus padres cree que el sacrificio trae recompensas y espera cosechar lo sembrado.