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El Telégrafo
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La Fundación Factory trabajó por la reivindicación del movimiento roquero en la ciudad

A 7 años del incendio en la discoteca Factory los roqueros aún reclaman espacio

Las personas que se identifican como parte de subculturas urbanas reclaman la aceptación de sus costumbres por parte del resto de la sociedad. Foto: Archivo/ El Telégrafo
Las personas que se identifican como parte de subculturas urbanas reclaman la aceptación de sus costumbres por parte del resto de la sociedad. Foto: Archivo/ El Telégrafo
19 de abril de 2015 - 00:00 - Redacción Quito

Hoy se cumplen 7 años del incendio ocurrido en la discoteca Factory, ubicada al sur de la ciudad, hecho que causó la muerte de 19 personas.

Desde entonces, los familiares de las víctimas del siniestro no han cesado en su lucha para que paguen ante la justicia los responsables del suceso.

Fundación Factory es un espacio que nace desde la desesperación y la organización de padres, hermanos, hijos, abuelos de las personas que fallecieron en el incidente. Su lucha no abarca únicamente el ámbito legal, sino también pretende reivindicar al movimiento roquero en Quito, a través de la creación de espacios públicos que visibilicen todas culturas urbanas de la ciudad.

La memoria de los capitalinos no es frágil con este hecho, especialmente la de aquellas personas que hacen del rock su forma de vida, para ellos es imposible olvidar la tarde del 19 abril de 2008, cuando un concierto de música gótica terminó en una tragedia.

Tanto para los familiares de las víctimas, como para el colectivo de artistas góticos y roqueros, el incendio en la discoteca Factory ocurrió porque en Quito no existían —y aún no existen— espacios públicos donde se pueda realizar este tipo de expresiones culturales.

Señalan, además, que la ciudadanía no es tolerante con el movimiento roquero y que, al desconocerlo, lo estigmatiza no solo respecto a su vestimenta, música y espacios de encuentro, sino también respecto a su forma de ver y actuar frente al entorno social.

“Desde el 19 de abril de 2008, esto se convirtió en una bandera de lucha y resistencia para la cultura rock; nosotros nos planteamos mantener en esta lucha (...) que se visibiliza al exigir a las autoridades la creación de espacios para los chicos y la cultura rock, pues la gente debe aprender a vivir con la identidad de estos colectivos”, comentó Gloria Cruz, presidenta de la Fundación Factory.

Ante este contexto cabe preguntar: ¿Ha cambiado la situación cultural, política, social y artística de esta y otras culturas urbanas tras la muerte de 19 músicos aquel día de hace 7 años?

Alexis Báez, integrante de la banda Escarlatia, comentó que la realidad de muchas bandas no ha cambiado, pues todavía tocan de manera clandestina; es decir, al no conseguir espacios para realizar sus conciertos buscan discotecas, garajes, salas de recepciones, auditorios, etc., y varios de estos lugares no cumplen con las condiciones de seguridad.

“La clandestinidad de los conciertos se da especialmente por trabas burocráticas; en una ocasión en la que mi banda realizó una presentación en la sede de la Asociación de Empleados de la Universidad Central, la Policía nos cerró las puertas. En otras ocasiones teníamos los premisos necesarios, pero a pesar de eso nos impidieron tocar”, comentó Alexis.

Para este joven músico, todo este tipo de obstáculos hace que las bandas toquen en condiciones deplorables. Cree que en la ciudad no existen espacios seguros y buenos para que se realicen presentaciones no solo del género gótico, sino también de otro tipo de música.

La socióloga Karina Gallegos, explica en su artículo ‘Al estilo de Vida Metalero: resistencia cultural urbana’ que “Los metaleros (como también son conocidos los roqueros) mantienen un juego entre ser visibles y ocultarse. Es un juego entre la mirada pública y su privacidad. Son escasas las ocasiones en que pueden ser vistos en grupo. Y un espacio concreto de visibilidad son los conciertos”.

Gallegos menciona que estos espacios de actuación e interacción adquieren significados de resistencia y representación.

Ibo K Payne, músico y productor quiteño, comentó que después del accidente de la Factory, muchos lugares se han cerrado y que cada vez los espacios se reducen ante la gran cantidad de propuestas que surgen en la ciudad. “Es un tema complejo para todos nosotros; además, los pocos lugares que existen no son óptimos para presentar un show de calidad y a la vez brindar seguridad al público”.

K Payne opinó que las autoridades deben tener claro que la cultura del rock y sus manifestaciones son necesarias para un buen desarrollo de los jóvenes y los habitantes en general. Además, cree que los controles en los conciertos por parte de la autoridad son desmedidos.

Pero estos colectivos también se enfrentan a otro tipo connotaciones culturales, entre ellas, la visión estigmatizada que tiene la sociedad de su forma de vida y expresiones artísticas, que involucran no solo el hecho de la apropiación de espacios públicos, sino también el entendimiento de su cotidianidad en la ciudad.

Muchos roqueros creen que la gente no entiende su forma de vida, de ahí que las personas que desconocen de esa cultura creen estereotipos con respecto a sus manifestaciones.

La socióloga Natalia Sierra comentó que la tragedia en la discoteca Factory abrió espacios de discusión, pues a partir de este hecho, esos colectivos tuvieron más fuerza para exigir espacios públicos legítimos en la ciudad.

“Este hecho no significó que las autoridades y la sociedad hayan cambiado el estigma que tienen hacia estos movimientos, a los cuales aún no se los reconoce como otredades, pues cuando una sociedad reconoce sus otredades, estas tienen espacios legítimos, sin que estos cambien su identidad. Pero sociedades como la nuestra tienden a excluir y homogeneizar, es decir son aceptados aquellos que entran en los códigos dominantes de quienes los excluyen y estereotipan”.

La socióloga indicó que las autoridades locales y estatales deben otorgar estos espacios sin que los colectivos renuncien a sus singularidades. Además, indicó que lograr apropiarse de estos espacios es válido, siempre y cuando estos sean manejados por los mismos colectivos. (I)

DATOS

En junio arrancará la primera etapa de construcción del Parque de las Diversidades, que se prevé estará listo hasta diciembre de este mismo año.

La primera etapa contempla la construcción de un memorial que contará con un espejo de agua, sobre el que se levantarán 19 tótems en homenaje a las vidas que se perdieron en el incendio.

También se implementará la Skate Plaza, espacio que intenta promover el desarrollo del deporte e incentivar una nueva forma de interacción social entre las culturas urbanas capitalinas.

La segunda fase del Parque de las Diversidades iniciará inmediatamente concluida la primera etapa, e incluye el desarrollo de un muro de escalada, una plaza pasiva, un ágora natural abierta, un escenario, así como accesos peatonales, vehiculares y estacionamientos para el disfrute de los visitantes.

HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DE LA TRAGEDIA

Luego de 7 años de lucha, Fundación Factory logra hacer realidad uno de sus objetivos que es la construcción del parque de las diversidades y Culturas Alternativas Factory.

Este proyecto nació de los familiares de las víctimas, quienes, hace más de 4 años, lograron que el Cabildo quiteño expropiara los terrenos donde se encontraba la discoteca.

La actual administración construirá este espacio a partir de junio en un área de 14.902 m² y se invertirán $ 1,2 millones.

La obra estará dividida en 3 fases. La primera comprende la edificación del parque y una pista para patinaje; la segunda serán espacios verdes, un muro de escalada y la tercera comprenderá la construcción de un ágora de conciertos.

“La construcción de este espacio no solo es el hecho de darle un uso, sino hacer una reivindicación a la lucha de 7 años de quienes hacen la Fundación Factory, a las bandas y todas la culturas urbanas”, comentó Daniela Chacón, primera vicealcaldesa de Quito.

Chacón añadió que la Secretaría de Cultura está trabajando en la facilitación de temas burocráticos para la contratación de pequeños y medianos gestores, puesto que el Municipio no cuenta con un sistema que facilite la participación de este tipo de gestores.

Gloria Cruz, presidenta de la Fundación Factory, indicó que entablarán diálogos con el Cabildo para ser ellos quienes administren el parque de Las Diversidades. (I)

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