Las réplicas del movimiento telúrico llegaban a 88 hasta la tarde del lunes
73% de edificios de Quito, construido informalmente
Hasta el mediodía del domingo, el sistema ECU911 había recibido 2.620 reportes sobre daños de diversa consideración en edificaciones a causa del sismo de 5,1 grados del martes pasado y las réplicas subsiguientes.
Desde el miércoles anterior, personal del Cabildo y de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos verifica el estado en que se encuentran las estructuras reportadas. Según lo dicho por el alcalde Mauricio Rodas en su cuenta de Twitter, 70 personas se dedican a esa labor y la mayoría de llamadas habrían sido atendidas. Hasta ayer, de acuerdo con la Municipalidad, 5 viviendas debían ser reubicadas y 9 edificaciones iban a ser reparadas.
En la zona de Catequilla (cerca de la Mitad del Mundo), donde el movimiento telúrico provocó un deslave que dejó 2 muertos, las revisiones determinaron que 4 familias tendrán que ser relocalizadas.
En tanto que en la parroquia Calderón, sus autoridades calculaban que unos 50 inmuebles debían ser evaluados en la cabecera parroquial, incluida la iglesia, una de cuyas torres perdió parte de su estructura.
De hecho, la otra familia que debe ser relocalizada habita en el barrio San José de Morán. Mientras que en San Miguel del Común, a un lado de la Panamericana Norte, el sismo causó daños a unas 8 casas, a la escuela y al centro de cuidado infantil construido por la comunidad.
Entre tanto, el sargento de Policía Santiago Collaguazo señaló ayer que durante la mañana no se registraron nuevos deslaves en la vía Oyacoto- Guayllabamba. La vía se mantenía cerrada como medida de precaución.
La suspensión se aplicaba desde la Y del intercambiador de Guayllabamba hasta el intercambiador de Oyacoto. Las personas que circulaban por esa arteria eran desviadas por la ruta El Quinche- Cayambe.
Este lunes, personal de la compañía Herdoíza Crespo se encargaba de retirar los escombros (piedras y tierra) caídos a la vía debido a las réplicas del movimiento que ocurrieron el último fin de semana.
Un cuarteamiento no es signo de un daño estructural
Luis Calero, gerente del Colegio de Ingenieros Civiles de Pichincha, se sumó a los llamados a la población a mantener la calma y señaló que la presencia de rajaduras o cuarteamientos en las paredes no significa necesariamente que una edificación esté en riesgo.
Según el profesional, hechos como esos pueden obedecer a muchos factores, incluidos problemas de mampostería. Añadió que lo importante es determinar el estado de la estructura de la edificación y que por ello, en una evaluación “se revisa básicamente el estado de 3 elementos: columnas, vigas y losas”.
La informalidad, un riesgo
La Cámara de la Industria de la Construcción (Camicon) recordó la semana pasada que no solo la ciudad, sino el país se hallan en una zona de alta sismicidad (probabilidad de temblores). Por ello señaló “que las edificaciones y la infraestructura deben construirse para resistir los esfuerzos que se producen cada vez que ocurre un evento de ese tipo”.
El gremio añadió en un boletín de prensa que “lamentablemente el 70% de las construcciones, en el caso de las viviendas, han sido construidas (en el país) de manera informal, sin cumplir requisitos técnicos mínimos (ver gráfico) para proteger la vida de sus ocupantes”.
En esa situación se encontrarían, según el documento, más de 2,7 millones de unidades habitacionales, lo que amenazaría en mayor o menor grado a más de 8 millones de personas”.
René Vallejo, exsecretario metropolitano de Territorio, recordó al respecto que recién en 1967 se establecieron normas de construcción en la capital y que desde fines de los ochenta se incorporó a estas el concepto de prevención de riesgos.
Sobre el tema de la informalidad constructiva, el citado gerente del Colegio de Ingenieros Civiles de Pichincha (Luis Calero) señaló que se produce de 2 maneras: la primera, mediante la ejecución de edificaciones sin la respectiva aprobación de planos; y la otra, a través de construcciones que se realizan sin la supervisión de un profesional en la materia, aunque sus propietarios cuenten con planos aprobados; en estos casos se confía la obra a albañiles experimentados, algunos de los cuales aseguran que no tienen problemas en traducir los diseños arquitectónicos y estructurales.
Calero añadió que contrariamente a lo que se cree, el fenómeno no se produce únicamente en los estratos populares, sino incluso en los de mayores recursos.
Entre tanto, Arturo García, presidente del gremio provincial de ingenieros, consideró que aunque la informalidad constructiva existe y debe evitarse por consideraciones de calidad y seguridad.
Afortunadamente las edificaciones “han resistido bastante bien a los sismos”, dijo García.
García añadió que el fenómeno de la construcción sin planos ni supervisión técnica debe eliminarse.
El Miduvi cambia normas de construcción
El ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda, Diego Aulestia, dijo ayer que el Gobierno dictará nuevas normas técnicas de construcción, a propósito de los sismos ocurridos en los últimos 8 días en Quito.
Este lunes, Aulestia reveló que hay un alto de nivel de informalidad en el país y que hasta 2010, “cerca del 73% de las construcciones no se ejecutaban con normas técnicas”.
Ante ello, el Ministro promulgó el capítulo ‘Cargas Sísmicas: Diseño Sismo Resistente’ de la Norma Ecuatoriana de la Construcción, que tiene como objetivo elevar los estándares de calidad.
Además, sostuvo que los municipios son los responsables de asegurar la construcción de inmuebles con la calidad necesaria y de evitar que se edifiquen en zonas de riesgo, aunque esto no elimina la responsabilidad de los ciudadanos.
La norma busca mejorar la seguridad por lo que, entre otras medidas, establece el uso de mayor cantidad de hierro. Esto aumentaría los costos, pero ese factor se controlaría con nuevas tecnologías.