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518 de 1.320 bicicletas del sistema BiciQuito se extraviaron

En un galpón de la Secretaría de Movilidad, ubicado al interior del Parque Bicentenario, en el exaeropuerto, se encuentran guardadas y sin uso las 300 bicicletas eléctricas que fueron adquiridas en 2015 por el Municipio de Quito, en $ 3.000 cada una.
En un galpón de la Secretaría de Movilidad, ubicado al interior del Parque Bicentenario, en el exaeropuerto, se encuentran guardadas y sin uso las 300 bicicletas eléctricas que fueron adquiridas en 2015 por el Municipio de Quito, en $ 3.000 cada una.
Foto: Cortesía Ecuador TV
27 de febrero de 2018 - 00:00 - Unidad de Investigación

Hace siete años se inició en Quito el servicio de bicicleta pública como una alternativa para movilizarse en la zona del hipercentro de la ciudad.

Desde su creación hasta la actualidad, el servicio ha tenido cuatro intentos de automatización para agregarle tecnología y evitar, por ejemplo, la pérdida de unidades. Eso no se ha logrado: no aparecen más de 500 bicicletas, mientras que las 300 bicicletas eléctricas adquiridas están embodegadas y la garantía de mantenimiento ha vencido.

En 2012 inició operaciones el sistema de la Bicicleta Pública con la compra, por parte del Cabildo, de 425 aparatos.  

Durante su tiempo de existencia se han realizado dos procesos para adquirir unidades convencionales y uno para la compra de bicicletas eléctricas (ver infografía).

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Todas estas compras suman 1.320 aparatos, entre convencionales y eléctricos, adquiridos con fondos del erario local de los quiteños.

No obstante y según los informes de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT),  que es el cuarto operador y actual encargado de dar el servicio, la cifra de bicicletas operativas solo llega a 613.

Con ese número se anunció, hace tres semanas, la automatización del servicio.

Este proceso es el cuarto que se intenta durante la existencia del sistema, cifra similar a la de los responsables de operar la bicicleta pública durante todo este tiempo.

Según el concejal Carlos Páez, la situación ha llevado a esta iniciativa de transporte alternativo al borde de la desaparición “por la mala gestión y decisiones equivocadas de funcionarios de la administración del actual alcalde de Quito, Mauricio Rodas”.

Luego de dos operaciones privadas entregadas por concurso, el parque de bicicletas operativas actualmente es del 46,44%, lo que evidencia una pérdida de 518 unidades.

“Lo que ocurrió es que después de las decisiones equivocadas en cuanto a los operadores, el descuido resultó en la pérdida de más de la mitad del parque de bicicletas en más de un año. Hasta ahora no se recuperan los pequeños vehículos ni la plata del seguro para reponer los bienes. Este es el flaco favor que esta Alcaldía le ha hecho a la ciudad”, señaló Páez.

Al consultar a la AMT sobre las pérdidas de los aparatos, la directora de Seguridad Vial, Ángela Amoroso, encargada del servicio de bicicleta pública, adujo: “Nosotros asumimos el inventario desde abril. Lo que haya ocurrido con el parque era todavía competencia de la Secretaría en ese entonces”.

El 1 de marzo de 2016, el Municipio asumió la operación del servicio de bicicleta pública. Para ello se estableció el apoyo de la Secretaría de Movilidad, como coordinador general; la Agencia Metropolitana de Tránsito y la Empresa Metropolitana de Transporte de Pasajeros, como operadores de las estaciones del sistema; la Secretaría de Comunicación, para la difusión masiva del sistema; y la Fundación  Ciclópolis, encargados de la logística, almacenaje y mantenimiento mecánico de la flota de bicicletas convencionales.

No obstante, en un informe de la Secretaría de Movilidad se menciona a Fundación Ciclópolis como el tercer operador del sistema, algo que es desmentido por su presidente, Álex Puente.

“Lo que hacíamos concretamente era rebalancear las bicicletas, es decir llevarlas de una estación a otra. Traíamos solo las que necesitaban un mantenimiento mecánico y luego las volvíamos a las estaciones para servicio del público, esa era nuestra responsabilidad. Lo hacíamos con las instrucciones de la Coordinación de Transporte no Motorizado de la Secretaría de Movilidad”, aclaró.

A este criterio se suma la concejal Daniela Chacón. “Esto es una responsabilidad directa de la Secretaría de Movilidad, de la Agencia de Tránsito y de la administración de Mauricio Rodas, porque es justo a raíz de que la Secretaría de Movilidad asume el manejo de la bicicleta pública que empezamos a ver su deterioro continuo y que hay menos gente que utiliza este medio de transporte”.

Resaltó que la idea es incentivar a que cada vez más usuarios las utilicen como transporte, pero si no hay condiciones de infraestructura, de seguridad y un equipo adecuado, no habrá gente que se anime a hacerlo.

Se invirtió en 300 bicicletas eléctricas para embodegarlas
A esta crítica se suma la subutilización de las bicicletas eléctricas adquiridas en 2015 en $ 889.107 (a $ 2.963 cada una) y que empezaron a operar en marzo de 2016.

Durante su distribución en las estaciones solo se utilizaron de 50 a 60 unidades, el resto están embodegadas en un galpón de la Secretaría de Movilidad ubicado en el Parque Bicentenario, norte de Quito, que fueron localizadas por los Medios Públicos.

Allí están a la espera de la ejecución del contrato de mantenimiento. Esto según explicó el secretario de Movilidad, Fausto Miranda, se inició con la entrega de 100 unidades para su puesta a punto. El contrato es por $ 109.000.

En cuanto a las unidades convencionales extraviadas manifestó: “Lo que podemos decir en resumen es que se extraviaron, puede ser que las encontremos, pero botadas o abandonadas”.

Cree que, tal vez, sí faltó control de quienes tenían la responsabilidad de los bienes o del operador en su momento, pero que lo importante es que de esto se llegó a dar cuenta y ya se puso una denuncia. “Hemos aplicado el seguro y nos van a devolver los bienes”.

En las calles, usuarios como Diego Parra confirmaron  que las bicicletas eléctricas no están disponibles en las estaciones para su uso. Les han manifestado que están dañadas o que las baterías que tienen una autonomía para 50 km ya no sirven,  y que se les sale las cadenas.

Las bicicletas convencionales están en una situación similar, según el testimonio de los usuarios. Gustavo Calle indicó que hay muchas con llantas lisas, asientos en mal estado, sin frenos o no funciona el sistema de cambios.

“A veces cojo las bicicletas y les fallan los frenos o los asientos están flojos, las llantas lisas. Algunas me han tocado medio dañadas y uno corre el riesgo de caerse o de resultar herido”, se quejó.

Esta situación ya se advertía en un informe presentado por el colectivo ‘Organización y Acción Ciudadana’ en septiembre de 2017, como lo dio a conocer el concejal Páez.

“En el informe (en la tabla de integración de información) dice cero bicicletas eléctricas en servicio. Es decir, no solo que había pocas bicicletas convencionales en las estaciones sino que muchas estaban en pésimo estado. Además, cero funcionamiento de las 300 unidades eléctricas con precios caros”.

Un agente civil de tránsito -que prefirió mantener el anonimato- cree que la operación en manos de la AMT no es la más idónea, pues ellos fueron capacitados para dirigir el tránsito y no para encargarse de una cabina del sistema de bicicleta pública.

Indicó que ciertos días de la semana recolectan las unidades que están en mal estado y las llevan al galpón de mantenimiento.

El Secretario de Movilidad aseguró que para el verano, Quito contaría con un servicio automatizado del sistema de Bicicleta Pública. (I)

Izquierda: La mayoría registran llantas lisas y falta de mantenimiento. Algunas unidades presentan deterioro en sus asientos. Fotos: Cortesía Ecuador TV

SISTEMA
Costo de la última compra

La última adquisición se efectuó en 2015; fueron 300 bicicletas eléctricas, con un costo de $ 889.107,14, lo que significa que cada una tiene un valor cercano a $ 3.000.

25 agentes civiles de tránsito atienden el sistema de bicicleta pública. Ellos ganan $ 918 al mes.

Nuevas unidades por llegar
Con el objetivo de concretar el plan de automatización de la bicicleta pública de Quito, se prevé realizar una inversión en la adquisición de 300 de estos livianos vehículos convencionales.


Automatizar el sistema ya suma cuatro intentos
El nuevo proceso que está en marcha para la automatización del servicio de bicicleta pública es el cuarto que se intenta en la administración del actual alcalde de Quito, Mauricio Rodas.

La Secretaría de Movilidad ha impulsado el proceso en tres ocasiones anteriores sin éxito.

A causa de ello, según la concejal Daniela Chacón, se ha impedido que el servicio crezca y permita  que más usuarios tengan acceso a una movilidad alternativa.

Indicó que el objetivo siempre fue modernizar, es decir automatizar la bicicleta pública, comprando nuevas unidades para extender el servicio al sur de la ciudad y para que sea más fácil el mecanismo de registro y utilización.

Dijo que el proceso se ha caído cuatro veces en el portal de compras públicas debido a las falencias de la Secretaría de Movilidad en la construcción de los términos de referencia y los presupuestos que se asignan de alrededor de $ 3’000.000 para este sistema, más el millón de dólares de las bicicletas eléctricas y los costos de la operación de la bicicleta pública.

“Lamentablemente vemos que se están perdiendo (las bicicletas) y que son recursos que no se están ocupando”, destacó.

El secretario de Movilidad, Fausto Miranda, aseguró a los Medios Públicos que esta vez el proceso ya cuenta con los términos de referencia, que entre otras cosas contempla que el servicio permita al usuario de manera autónoma elegir la bicicleta, tener acceso a internet, iluminación, servicio las 24 horas y rastreo satelital.

“Será totalmente automatizado. El concurso estará en las próximas semanas porque se halla en la última fase que es la autorización del Alcalde. Es un proyecto por $3.400.000”, explicó.

El concurso tomará de 30 a 45 días y la implementación de servicio se espera que opere desde este verano.

Ángela Amoroso, secretaria de Seguridad Vial de la Agencia Metropolitana de Transporte (AMT), encargada del sistema, acotó que con la automatización también se ampliará el servicio a las zonas rurales.

“Tenemos previsto que para el segundo semestre de este año contemos ya con todas las estaciones y los vehículos, como parte de la repotenciación del servicio”, sostuvo.

Recalcó que trabajan en un proyecto para que las bicicletas operen con estaciones en otras   zonas como Carapungo (norte), Conocoto (suroriente) o lugares donde no han tenido cercanía con el servicio.

Usuarios consultados esperan que antes de implementar esta fase se dé mantenimiento adecuado a las bicicletas existentes.

Frente a ello Amoroso manifestó que sí hacen reparaciones, cambio de llantas, ajuste de frenos, soldadura de las canastillas, mantenimiento de toda la fachada y de los guardapolvos. Sin embargo dijo que como están en constante uso, obviamente también se dañan con mayor frecuencia. (I)

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