Punto de vista
5 cartas para jugar el 40 de la movilidad
Dos por shunsho (La coyuntura):
Obvio que los transportistas quieren subir las tarifas ante las “pérdidas” que registran. Lo que no dicen es que dichas pérdidas se producen por la mala gestión e ineficacia fruto de sus lógicas supuestamente “cooperativas”, mejor llamadas “competitivas” de transporte.
Marido tienen (La inclusión):
No es tan justo que se pague un mensual a los transportistas para compensar el medio pasaje que pagan niños, estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidad. Más aún cuando ni siquiera les llevan ni tienen las facilidades. Terminamos condenando la indignidad cotidiana de quienes más deberíamos proteger y reivindicar. Asignatura pendiente para los encargados, o sea, todos.
Pasa la mano con 10 (La visión integral):
Miope resultaría no ver que el tema de la movilidad no es solamente un tema de buses, autos, bicicletas o peatones. Tiene que ver principalmente con la relación de estos medios con los caminos o las vías para acceder a ellos y a los lugares donde necesitamos o queremos ir. El tema entonces no es movilidad per se, sino más bien accesibilidad. Continuidad, coherencia, comodidad, seguridad, cercanía son requisitos básicos para entender las necesidades y las prioridades a la hora de repartir el espacio público.
Todo dos (Las prioridades):
Absurdo es destinar millonarias inversiones en más vías justificando la cada vez mayor presencia de vehículos. Demanda inducida le llaman. Se sabe que si se invierte en aceras, proliferarán los peatones. Si invertimos en transporte público, abundarán los pasajeros. Si invertimos en ciclovías desbordarán los ciclistas las calles. No invirtamos tanto en los carros, esto incluye repensar y redireccionar el subsidio a la gasolina (no se aplica para el diésel). Resulta que estamos financiando el tráfico y la contaminación con la plata de todos.
38 que no juega (El subsuelo):
En cuanto al tan cacareado Metro de Quito, como transporte masivo de gran capacidad, está bien. Sin embargo, cabe preguntarse si los costos disparados que propusieron los aspirantes a ese pastel justifican una línea que no atenderá sino a una fracción de la demanda. También si es que se han descartado metodológicamente otras opciones igual de masivas y menos onerosas. Por último, si llegara a decantarse el actual alcalde por esta (otra obra de su antecesor), sería bueno saber cuáles son los planes para ocupar la superficie libre de peatones y pasajeros, pues la mayoría circularía por el subsuelo. Ojalá y no sea pretexto para regalarle más espacio al auto particular.