Los datos del Fondo de la Naciones Unidas para la Población (UNFPA), indican que el promedio de edad en América Latina y el Caribe es de 29,5 años. Una situación similar ocurre en Quito.

Según el último censo de población y vivienda del país (2010), el 26,42% de los capitalinos estaba entre los 31 y 64 años, seguido de los jóvenes comprendidos entre 18 a 30 años (16,65%); niños y niñas de entre 0 y 11 años (15,59%). Mientras que la población adulta mayor (65 años en adelante) alcanzaba en aquel entonces el 0,4%.

En los últimos 15 años, ha habido un ligero cambio en esas cifras. Actualmente, por ejemplo, el 12,4% de quiteños está en el rango de 20 años a 29 años (frente al 16,65% anterior), según datos del Cabildo. Esto equivale a 310.364 personas.

Por otro lado, 288.881 adolescentes (de entre 10 a 18 años) pueblan la ciudad (11,5% de los habitantes). Esto implica desafíos en cuanto a potencialidades y servicios que la urbe requiere para atender a este segmento demográfico; sobre todo, en cuanto a educación y trabajo.

El Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) tiene un nivel de escolaridad de 10,8 años. En cuanto a educación básica, el promedio es de 91,4% y el indicador decae al 60,4% respecto a la culminación del bachillerato.

Como una forma de mejorar estas cifras, el Gobierno Nacional ha inaugurado desde 2014, 2 colegios réplicas; uno al sur (24 de Mayo) y otro al norte (Montúfar).

De acuerdo con el portal Datos Abiertos del Cabildo quiteño, el 11% de jóvenes asisten a instituciones de educación superior.

El indicador, sin embargo, no se distribuye de manera equitativa; así, la administración zonal Eugenio Espejo, en donde se concentra la mayoría de ofertas de servicios, registra el mayor número de población con instrucción universitaria. Mientras que Quitumbe, al sur, es el área cuyos habitantes tienen estudios universitarios en menor proporción.

Bajo desempleo

En cuanto a lo laboral, el desempleo y subempleo afectan a alrededor del 9% de los quiteños, cifra menor al 11% a escala nacional. En ambos casos, el problema se acentúa en los ciudadanos entre 18 y 29 años.

En el caso de la capital, el Municipio registró que 20 mil integrantes de este último grupo poblacional (6,4%) no contaban con ningún empleo o tenían ocupaciones precarias, a pesar de que querían emplearse o mejorar su situación. (I)