Durante las vacaciones, la congestión vehicular se redujo en un 30%. Eso permitió que la ciudadanía salga un poco  más tarde de sus hogares y llegue a sus destinos a tiempo: había mayor fluidez. Con el inicio de clases, desde mañana, la rutina cambiará radicalmente. Por eso las autoridades recomiendan madrugar más, ya que un mayor número de personas, en especial estudiantes, se aglutinarán en las paradas de transporte público y aumentará la presencia de toda clase de vehículos.

Varias calles y avenidas soportarán ese 30% más de tránsito, sobre todo las más cercanas a las instituciones educativas que cuentan con mayor número de estudiantes (ver infografía). En el norte de la capital los colegios que pueden crear congestión vehicular son siete, en el centro tres y en el sur siete.

Según el director metropolitano de Control de Tránsito, Transporte y Seguridad, Vladimir González, en la capital existen 2 mil establecimientos educativos, 500 mil estudiantes y 30 mil maestros. Su reincorporación a las actividades genera congestión, pero para evitar contratiempos en las vías y sobre todo precautelar la seguridad de los alumnos, se creó el Plan seguros a clases.

La principal medida es el ingreso a clases escalonado, es decir por días. González recordó que en años anteriores  los primeros que entraban a clases eran los “más pequeños”, los de educación inicial, pero este año serán los últimos en iniciar. El cambio se realizó para organizar a los más grandes y evitar con ello la desorientación de los estudiantes de pre-kinder. “En los otros años los chiquitos entraban primeros y encontraban todo desorganizado, es mejor que ingresen cuando ya las instituciones y estudiantes están normalizadas y acoplados”, dijo.

A decir de González, la congestión vehicular será evidente en los primeros días de clases, pero aseguró que se han tomado las medidas necesarias para brindar seguridad a los estudiantes. Entre ellas están: señalización en las escuelas, contingentes policial, brigadas de seguridad, contraflujo en varías vías. Para ayudar a que la circulación vehicular sea más fluida, especialmente en el centro y sur de la capital, varias calles cambian de sentido en diferentes horarios (ver infografía).

Las autoridades municipales y educativas tomaron en cuenta que varios colegios y escuelas han sido trasladados de local, lo que  ha mejorado la circulación vehicular en varios sectores: en 2011, el colegio femenino María Angélica Idrovo salió de sus antiguas instalaciones de la avenida Seis de Diciembre, que compartían con el colegio Manuela Cañizares, y fue trasladado al sector de El Condado, al noroccidente de Quito.

Otra institución reubicada ese mismo año fue la Unidad Educativa Eugenio Espejo, que funcionaba en  las calles Río de Janeiro y Manuel Larrea, y ahora lo hace en el sector de Pusuquí, al norte. Por último el colegio Simón Bolívar, que operaba en pleno Centro Histórico, en las calles Benalcázar y Olmedo.

Según Carlos Páez, secretario de Movilidad del Municipio, esta reubicación de establecimientos educativos ayudó en algo a descongestionar las calles del centro, las cuales de por sí son angostas y cuando los transportes escolares se parqueaban obstaculizaban el paso de automotores y de peatones.

Aclaró que esa congestión no sucedía todo el tiempo, sino únicamente cuando las estudiantes salían y entraban de la institución. “No es que en el centro, con la salida del colegio, los carros pasan con más rapidez. Fue un alivio para el tránsito pero no la solución definitiva”. Además, hay que tomar en cuenta que 52 instituciones educativas (particulares y fiscomisionales a lo largo de la ciudad), cerraron sus puertas, lo que contribuirá a la descongestión de varias calles.

La señalización es otra de las medidas que tomó la municipalidad para brindar seguridad, en 200 instituciones educativas de la ciudad que fueron elegidas por su vulnerabilidad a los impactos del tránsito vehicular. Los trabajos consisten en la configuración con pintura acrílica de los pasos cebra en los ingresos y salidas de los establecimientos, líneas canalizadoras de peatones, división de carriles, flechas de direccionamiento, reductores de velocidad, colocación de señales verticales de PARE, límites de velocidad y localización de zonas escolares, que se realizan desde el 1 de agosto hasta el próximo 15 de septiembre.

Con referencia al contingente del Municipio y de la Policía, se distribuirá personal a lo largo de las escuelas y colegios del Distrito. La Secretaría de Movilidad y la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (EPMMOP) lo harán con 4 supervisores y 140 fiscalizadores; la Policía Metropolitana participará con 14 subinspectores y 141 policías; la Unidad de Espacio Público se hará presente con 14 subinspectores y 140 policías; la Unidad de Educadores Comunitarios despleará 20 policías para el operativo; y finalmente la Policía Nacional lo hará con 150 elementos.