Hábitat III insistió en eliminar las exclusiones

Representantes de 193 pa&iacute;ses aprobaron anoche, en la Casa de la Cultura, la Declaraci&oacute;n de Quito sobre Ciudades Sostenibles y Asentamientos Humanos para Todos. El documento establece los compromisos derivados de las discusiones previas a la conferencia internacional H&aacute;bitat III de la ONU, que concluy&oacute; ayer en la capital. El documento fija, b&aacute;sicamente, como ejes de acci&oacute;n, metas en el plano econ&oacute;mico, social y medioambiental. Entre las p&aacute;ginas 6 y 12 del documento se define el Plan de Quito para la implementaci&oacute;n de la nueva agenda urbana mundial. El primer objetivo es el establecimiento de un desarrollo urbano sostenible para lograr la inclusi&oacute;n social y terminar con la pobreza. Para ello, en el numeral 25 de la Declaraci&oacute;n se reconoce que &ldquo;la erradicaci&oacute;n de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la extrema pobreza, es el mayor desaf&iacute;o global y un requerimiento indispensable para alcanzar el desarrollo sostenible&rdquo;. Apunta tambi&eacute;n que las diferentes expresiones de la pobreza, incluida la creciente existencia de asentamientos humanos informales y barriadas, afecta no solo a los pa&iacute;ses en v&iacute;as de desarrollo sino tambi&eacute;n a los desarrollados. La transformaci&oacute;n de las zonas irregulares de las ciudades en barrios formales es una deuda que lleva pendiente 40 a&ntilde;os. La meta se estableci&oacute; en la declaraci&oacute;n firmada en Vancouver (Canad&aacute;) tras la realizaci&oacute;n de la primera de las conferencias &lsquo;H&aacute;bitat&rsquo;. El tema fue ratificado en el segundo encuentro internacional sobre desarrollo urbano, que tuvo lugar en Estambul, la capital de Turqu&iacute;a, del 3 al 14 de junio de 1996. Una de las propuestas para superar esta situaci&oacute;n es atacar la pobreza multidimensional a trav&eacute;s del establecimiento de una mejor planificaci&oacute;n urbana y la dotaci&oacute;n de servicios b&aacute;sicos junto con pol&iacute;ticas de desarrollo que promuevan la cohesi&oacute;n social, la equidad e inclusi&oacute;n. El documento resume estas ideas en la necesidad de que &ldquo;nadie sea dejado atr&aacute;s&rdquo; y establece el compromiso de compartir de manera igualitaria las oportunidades y beneficios que la urbanizaci&oacute;n ofrece sin distingo de g&eacute;nero, raza, edad, etc. Estos planteamientos fueron criticados por Jean Sanz, concejala de Barcelona (Espa&ntilde;a). Sanz, quien intervino la tarde del mi&eacute;rcoles en la mesa sobre &lsquo;Estrategias Urbanas Espaciales, Mercado y Segregaci&oacute;n&rsquo;, apunt&oacute; que las metas sobre inclusi&oacute;n planteadas le parecen &ldquo;demasiado d&eacute;biles y carentes de concreci&oacute;n&rdquo;. Como segundo compromiso, H&aacute;bitat III plantea la distribuci&oacute;n de la prosperidad urbana y el ofrecimiento de oportunidades para todos los habitantes de las ciudades. En su art&iacute;culo 43, la declaraci&oacute;n se&ntilde;ala al respecto que &ldquo;el crecimiento econ&oacute;mico sustentable e inclusivo basado en el empleo pleno y productivo es clave para el desenvolvimiento territorial y urbano&rdquo;. Del mismo modo, se establece como un agente de desarrollo econ&oacute;mico que debe ser potenciado la integraci&oacute;n de los espacios urbanos y rurales. Sobre esto, Thomas Campel, de la organizaci&oacute;n OLG, se&ntilde;ala que se debe comprender el papel que cumplen las &aacute;reas campiranas como proveedores de productos y sustentadores de la ciudad. Para lograr estas metas, tal como ocurre sobre otras tem&aacute;ticas, las naciones participantes en la conferencia plantean la necesidad de coordinaci&oacute;n entre los poderes internacionales, nacionales y locales. As&iacute; mismo, la conferencia plantea en su declaraci&oacute;n final la necesidad de establecer un desarrollo urbano medioambientalmente sostenible y resiliente. Al respecto, se responsabiliza de los riesgos que enfrentan actualmente las urbes en relaci&oacute;n con el clima &ldquo;a los insostenibles niveles de consumo y a los modelos de producci&oacute;n que llevan a la p&eacute;rdida de la biodiversidad y a la contaminaci&oacute;n ambiental&rdquo;. Una alternativa propuesta es el aprovechamiento de la tecnolog&iacute;a para lograr una producci&oacute;n m&aacute;s limpia. De manera espec&iacute;fica se prev&eacute; que en los 20 a&ntilde;os que tendr&aacute; de vigencia la nueva agenda urbana se apliquen pol&iacute;ticas de manejo sustentable de los recursos en las ciudades y asentamientos humanos. Tambi&eacute;n se insiste como uno de los elementos de manejo medioambiental sostenible reducir las emisiones contaminantes y reestablecer el equilibrio del aire. La Declaraci&oacute;n de Quito, sin embargo, no establece en qu&eacute; par&aacute;metros deben aplicarse dichas medidas y se limita a establecer las soluciones de manera declarativa. En cuanto al tema de la preparaci&oacute;n de las urbes para afrontar y recuperarse de crisis o desastres (resiliencia), la propuesta apunta a la creaci&oacute;n y mantenimiento de redes bien conectadas y distribuidas de espacios verdes y p&uacute;blicos. (I)