La marca de supermercados REWE, una de las más grandes de Alemania, renunció a su colaboración con la federación alemana de fútbol al denunciar este martes la prohibición de la FIFA de usar los brazaletes "One love" contra la discriminación del colectivo LGBT+ en Catar.

"Después de (...) la decisión de la FIFA sobre los brazaletes 'One Love', REWE pone fin a su cooperación con la DFB (Federación alemana de fútbol)", anunció este martes el grupo alemán en un comunicado.

La empresa ya había indicado en octubre su deseo de no prorrogar el contrato como "socio alimentario oficial" de la Federación, que mantiene desde 2008. Sin embargo, esta decisión se iba a aplicar justo después del Mundial-2022. 

Ahora, REWE afirmó "estar obligado a distanciarse claramente de la FIFA y a renunciar a sus derechos de publicidad, especialmente en el contexto del Mundial".

Varios equipos europeos -entre ellos Alemania- querían lucir, durante los partidos del Mundial 2022, un brazalete de colores con el mensaje "One Love" contra la discriminación hacia el LGBT+ en Catar.

Finalmente, las selecciones acabaron por renunciar el lunes ante la amenaza de "sanciones deportivas" esgrimida por la FIFA, que pretende sancionar con una tarjeta amarilla a los jugadores que porten ese lema. 

Una "posición escandalosa (...) absolutamente inaceptable", comentó el director general de REWE, Lionel Souque, citado en la nota. La decisión de la FIFA provocó una ola de críticas en Alemania.

"Estamos convencidos de que el deporte debe ser abierto a todos", declaró este martes el portavoz del grupo de ropa deportiva Adidas, Oliver Brüggen, a la agencia de noticias especializada Sid. 

"Apoyamos a nuestros jugadores y equipos en su compromiso", añadió Brüggen. 

Por su parte, el exfutbolista alemán Michael Ballack se mostró "decepcionado" por esta decisión, al señalar que habría esperado "más carácter" por parte de la federación de su país.

La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, prevé asistir al primer encuentro de su selección ante Japón el miércoles.

Desde su designación para organizar el torneo en 2010, Catar ha recibido fuertes críticas en materia de derechos humanos, que se han intensificado en los últimos días.