La propuesta de una Renta Básica Universal (RBU) ha cobrado fuerza en varios países del mundo a propósito de la crisis sanitaria. En el Ecuador, un porcentaje importante de la población, erróneamente, cree que la RBU es una oferta demagógica que nació con un candidato con el fin de ganar votos. Esta creencia, ha limitado la posibilidad de generar un verdadero debate que permita establecer la conveniencia, factibilidad y aceptación que podría tener una renta básica para todos. En Europa, donde actualmente se debate el tema, la RBU se ha considerado como un camino para lograr la libertad individual, a través de la independencia económica. El Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) y la Asociación Mein Grundeinkommen (Mi ingreso básico) se encuentran analizando los posibles efectos de la RBU. El debate teórico de un ingreso básico incondicional y universal debería hacerse en un contexto libre de presiones políticas y sociales, condiciones que en la actualidad el Ecuador no posee. En plena campaña electoral, un análisis serio y objetivo sobre la renta básica es imposible. Mientras tanto, el Foro Económico Mundial (World Economic Forum), se ha manifestado a favor de la RBU a propósito de la crisis que vive el mundo, a esta propuesta se ha adherido el Papa Francisco. La idea de una renta básica no es nueva, tiene más de un siglo en Europa y en Suiza, en el año 2016, fue rechazada en referéndum por sus ciudadanos. Los experimentos que se han llevado a cabo en algunos países como Canadá, Finlandia, Irán y la India entre otros, no han arrojado resultados concluyentes, principalmente porque han sido implementados en programas piloto muy pequeños. En el Ecuador, uno de los argumentos en contra de la RBU, es que la misma crea dinero electrónico que sustituiría al dólar. Sin embargo, la propuesta en nuestro país requiere USD 400 millones, mientras que la liquidez total de la economía, al 31 de octubre, fue USD 60.493 millones por lo que este argumento se cae por si solo. Adicionalmente, el dinero electrónico para la RBU no puede materializarse ni tampoco transferirse, solo utilizarse para comprar productos de la canasta y el pago de servicios básicos. Contrario a lo que se ha escuchado, la RBU no es un bono y no debe confundirse con los subsidios que el Estado de Bienestar otorga a sus ciudadanos alrededor del mundo, los cuales suelen ser condicionados y no universales. En definitiva, la RBU no es como la pintan. (O)