Los vehículos en Ecuador han soportado una carga impositiva alta en tres tributos: el arancel a la importación (35% al 40%), el Impuesto al Valor Agregado (IVA 12%) y el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE 5% hasta 35%).

A la publicación de la Ley de Simplicidad y Progresividad Tributaria, la importación de vehículos eléctricos, que actualmente tienen 0% de arancel y 0% de IVA pasarán a tener también 0% de ICE.

Vehículos eléctricos, como los de la marca Tesla (www.tesla.com), que no existen actualmente en el país, formarán parte del sistema de transporte del ecuatoriano con vehículos de alta seguridad, tecnología de punta; y, por supuesto sin consumir gasolina. Es una opción excelente de relación de precio / calidad; y sobre todo de acceso a los ciudadanos.

Los vehículos fabricados por Tesla aceleran de 0 a 100 km/h en apenas 3,4 segundos, ofrecen 500 kilómetros de autonomía y en 30 minutos es posible recargar 270 kilómetros. El automóvil Model 3 en el modelo estándar se oferta desde $ 31.315,00.

En términos tributarios el precio de este Tesla equivale a 2,77 el valor de la fracción básica exenta de Impuesto a la Renta (IR); sin pagar IR sobre las donaciones ($ 72.060 base exenta). De otro lado, el ahorro en impuestos, frente a un vehículo a gasolina a un precio similar, es de $ 20.000; toda vez que alrededor del 40% del valor de un vehículo son impuestos.

Esta medida es digna de reconocimiento por varios temas. En primer lugar, buena parte de los beneficios tributarios, otorgados en leyes anteriores, ha sido para la gran industria o grandes inversores; hoy accesible a buena parte de los ciudadanos que poseen un vehículo.

Resulta una excelente iniciativa para disminuir la huella personal de carbono; una medida que a largo plazo permitirá que el Estado ahorre millones de dólares que actualmente se destinan a subsidiar la gasolina.

A la par, mejorar el sistema público de transportación -antes que el privado-, oportunidad para los GAD generen alianzas público privadas que permitan un moderno sistema de transportación pública en buses eléctricos, con un modelo de gestión que priorice al ciudadano y su seguridad; desplazando sistemas de poder, corrupción e intereses privados que hoy rodean la transportación. (O)