Transporte, energía y salud en Ecuador
El transporte constituye una rama productiva esencial para el funcionamiento de todo sistema económico, ya que se trata de un servicio indispensable para realizar múltiples actividades sociales, entre las que se cuentan los desplazamientos de personas para trabajar, estudiar, comprar, entre otros.
Estas actividades dan lugar a flujos de transporte de mercancías procedentes de todos los rincones del planeta para abastecer una amplia gama de bienes demandados tanto a gran escala como las necesidades de los mercados locales más reducidos. Por ello se debe analizar el transporte de personas y mercancías como un efecto social contemporáneo, que se incluye dentro del crecimiento demográfico de la sociedad.
El desarrollo económico y el incremento en los ingresos de la población permite un mejor acceso a medios de transporte privado; sin embargo, esto conlleva un incremento en los flujos de tráfico, esta es una de las principales contradicciones del transporte a nivel mundial.
El caso de Ecuador no es la excepción, tomando en cuenta que es el sector de mayor demanda energética con un 42% del total según datos del Balance Energético Nacional 2015 (Ministerio Coordinador de Sectores Estratégicos). Por esto existe la necesidad de evaluar la situación energética y socioeconómica de este sector en el país a partir de indicadores que permitan analizar la realidad nacional y tengan relevancia a la hora de evidenciar las necesidades de transporte terrestre y proponer soluciones adecuadas.
Según experiencias internacionales, los principales indicadores sociales, económicos y energéticos fácilmente identificables, medibles, reportables y que pueden ser adecuados a nuestra realidad para entender la problemática social derivada del transporte son: el número de unidades en circulación, que en 2015 era de un total de 2’186.035 con un crecimiento de 5,81% con respecto al año anterior (esto representa un consumo de 1.800 millones de galones de diésel o 371 millones de cilindros de gas). Y la relación con el número de casos de personas con infecciones respiratorias, afecciones que entre otras causas tienen origen en los niveles de contaminación ambiental, lo que incrementa los costos de salud y reduce la productividad a nivel general y que en el último año ha crecido un 4,69%. Otro dato importante para entender el contexto es la cantidad de accidentes vehiculares que se registran anualmente, que en 2015 fue de 35.701 casos.
Entender la relación directa entre el consumo energético en el sector transporte, el crecimiento del parque automotor y la problemática socio ambiental vinculada, es fundamental para mejorar la gestión de los sistemas de transporte. Además, es necesario medir periódicamente las variables de procesos y generar información para analizar las condiciones de operación actuales y definir metas de mejoramiento.
La información de los indicadores económicos, sociales y energéticos muestran la realidad nacional relacionada con el sector transporte. Mediante estos indicadores se puede realizar pronósticos y evaluar aspectos sociales, con ello las autoridades competentes podrían tomar medidas correctivas para mitigar las afectaciones en la sociedad.
El Gobierno Nacional ha venido trabajando en iniciativas enfocadas en la seguridad vial que tienen como objetivo difundir cultura vial, lo que generó una disminución de accidentes de tránsito de 8% en 2015 aun con el incremento del parque automotor. (O)