TLC: ¿amenaza u oportunidad?
Una de las principales preocupaciones hace 16 años, cuando Ecuador negociaba el TLC con EE.UU., era qué pasaría con nuestro sector agrícola. Hoy muchos se preguntan qué pasará con el sector agrícola si no se firma un acuerdo. En aquel entonces, EE.UU. era el principal socio comercial del país. Hoy lo sigue siendo, pero hay otros socios, nuevos e importantes para el país, como China.
Hoy, muchos de los países con los cuales Ecuador compite en el mercado estadounidense tienen ya un TLC con EE.UU. (Colombia, Perú, países de Centroamérica); y también con China, y Corea del Sur, y la UE... Es decir, el contexto geopolítico y económico actual es diferente.
Es verdad: que nuestros productos agropecuarios y de la pesca no tengan entrada libre -en algunos casos sí la tienen, pero requieren renovar preferencias de EE.UU.- es ciertamente una desventaja. Sin embargo, un acuerdo es más que preferencias arancelarias permanentes, y además estas son de doble vía -de darse un acuerdo Ecuador tiene que dar entrada libre a los productos de EE.UU.
Para otros la dolarización “obliga” a firmar un acuerdo con EE.UU. No obstante, a largo plazo lo medular no es la ausencia de un tipo de cambio y devaluaciones competitivas, sino el intercambio real medido a través del tipo de cambio real (e.g. cuantas bananas damos a cambio de cuantos IPad).
Un acuerdo obliga a ser más competitivos, a tener una agenda seria de competitividad -ya tenemos un acuerdo con la UE y a dicha agenda le falta aún concretarse.
El énfasis debería de estar en temas como servicios, inversiones, empleo, propiedad intelectual, compras públicas, medio ambiente, y seguridad. Y en estos, el acuerdo con EE.UU. puede proveer oportunidades para el país, pero sin el debido marco jurídico, laboral, ambiental, de inversiones, de educación, etc., esas oportunidades no podrán ser aprovechadas y/o el acuerdo no será un instrumento que contribuya al desarrollo del país.
La experiencia de países latinoamericanos que ya tienen un TLC con EE.UU. debe de darnos lecciones para la negociación y la puesta en práctica de un posible acuerdo. El reto es arduo, pero no imposible. Hay que saber negociar temas que van más allá de lo comercial, dentro de un marco que va más allá de lo puramente económico, en un mundo cada vez más complejo. (O)
Sara A. Wong, Ph.D
Profesora ESPAE-ESPOL