Tecnología e innovación son posibles en la industria tabacalera
Desde el inicio de la industria de los cigarrillos en la década de 1880, los aspectos fundamentales de este producto cambiaron poco. Pero hoy en día la industria tabacalera a escala mundial está en posibilidad de pasar a ser un fabricante de tecnología basada sobre la ciencia.
La ciencia tiene larga trayectoria en mejorar la salud pública para reducir potenciales riesgos. Los ejemplos son innumerables y van desde el invento del refrigerador para conservar la comida, hasta la incorporación de airbags en los vehículos para evitar muertes en accidentes de tránsito. Entonces, ¿por qué no extender este principio para reducir el riesgo de las enfermedades relacionadas con el consumo de cigarrillos -como complemento a evitar la iniciación y apoyar la cesación-?
Que fumar es dañino, es un hecho indiscutible y ampliamente conocido. Sin embargo, no siempre se sabe bien el porqué. Expertos en salud pública coinciden en que es el proceso de quema o combustión que se da al encender los cigarrillos el que genera los químicos reconocidos como la causa principal de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar. La nicotina, por otro lado, si bien adictiva y no libre de riesgo, no es el origen de las patologías.
La tecnología ha dado paso al desarrollo de nuevos productos libres de humo que reducen esos químicos dañinos en un promedio del 95% (en comparación con el humo del cigarrillo), de acuerdo con la evidencia científica disponible. La visión de Philip Morris International por lograr un mundo libre de humo, nos ha llevado a innovar -por ahora- en cuatro plataformas, cuyo denominador común es eliminar la combustión: IQOS la más avanzada de ellas, calienta la hoja de tabaco electrónicamente, en lugar de quemarla, generando aerosol, en lugar de humo.
Aunque la mejor opción es dejar de fumar o mejor aún, nunca empezar, hoy existen mejores opciones para los fumadores adultos que, de otra forma, seguirían fumando. Demos impulso a políticas objetivas, basadas sobre ciencia y no sobre ideología. El diálogo abierto y transparente es el mejor camino.
Nuestra visión por un futuro libre de humo es ambiciosa, pero estamos convencidos de que es el camino correcto, no solo porque debemos y la sociedad lo demanda, sino porque estamos en posibilidades de liderar este cambio. (O)