Tauromaquia, violencia, niñez y adolescencia
La tauromaquia es una de las actividades más generalizadas de violencia y maltrato animal en los países de influencia ibérica cuya práctica es aceptada por un sector de la sociedad bajo el argumento de que es una expresión de arte y cultura y cuestionada por otro sector, que manifiesta que está relacionado con la reproducción de la violencia en el ciclo de vida humano e incluso con conductas violentas y hasta criminales hacia otros seres humanos y no humanos.
Estudios científicos, especialmente psicosociales, demuestran que el maltrato animal puede impactar el desarrollo de la empatía en niños, niñas y adolescentes (NNA) y perpetuar el ciclo de violencia por el resto de su vida. En esa perspectiva, Carolina Castaño Rodríguez, Phd en Educación y exinvestigadora en prevención de violencia en niños y niñas de la Universidad de los Andes-Colombia, afirma que la exposición de NNA a eventos taurinos genera ''...algunos impactos interrelacionados: efectos traumáticos, transtornos psiquiátricos o de desarrollo y conductas agresivas y violentas hacia animales y seres humanos''. Castaño menciona que los NNA expuestos a escenas de violencia y sangre generan miedo, rechazo, tristeza y angustia; además evidencia la asociación entre el maltrato animal y el transtorno de conducta o el transtorno antisocial de personalidad que influye en el resto de su vida.
Las afectaciones nocivas en el desarrollo de la vida de NNA, ha preocupado al Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas, instancia que ha observado a diversos países sobre la violencia física y mental asociada a la tauromaquia y su impacto en NNA; así Portugal en 2014, Colombia y México en 2015, Perú y Francia en 2016 y Ecuador en 2017.
Ecuador, país signatario de la Convención sobre los Derechos del Niño, debe asumir reformas legislativas que establezcan como límite de edad para concurrir a estos eventos los 18 años, además es necesario promover políticas públicas que generen un entorno socio cultural que garantice el bienestar de las especies y limite la realización de espectáculos que promuevan o practiquen el maltrato animal. (I)
Patricio Benalcázar Alarcón
Especialista en Derechos Humanos