Solo hay una presidenta nacional de un partido político
Wilma Andrade es la única mujer que preside un partido político en Ecuador: la Izquierda Democrática. Ella ha sido concejal durante tres períodos consecutivos y ha obtenido la mayor votación histórica para una mujer.
Andrade, quien estudió Administración de Empresas y es madre de tres hijos, fue vicealcaldesa. Es asambleísta e integrante de la Bancada de Integración Nacional (BIN). Este caso ejemplifica cómo están los movimientos y organizaciones políticas en este país. Pero ese revés se trastocó con la aprobación de las reformas al Código de la Democracia, el 23 de enero pasado. La ley establece la paridad de género en las organizaciones políticas y las obliga a tener igualdad de representación entre hombres y mujeres. Así en las próximas elecciones del 2021, los partidos presentarán candidatas femeninas al menos en el 15% de sus listas. Mientras en el 2023, será del 30%; y el 2025, del 50 %, ese año también será obligatorio tener un binomio presidencial mixto. Pero conseguir ese avance ha sido un camino largo y difícil. Difícil porque las mujeres no han estado en las listas principales, sino las “supletorias”. Les ha costado más que a los hombres terciar por las mismas dignidades de elección popular. Un ejemplo claro en las elecciones seccionales del 2019: de las 221 alcaldías del país, apenas 22 mujeres son alcaldesas. Y de las 23 prefecturas, solo cuatro están en manos de féminas.
El poder local todavía es bastante esquivo con ellas, aunque les corresponde, por el principio de paridad, ocupar las vicealcaldías. Pero, en la práctica, eso ocurre poco. En el Municipio de Cuenca, por ejemplo, la vicealcaldía para una mujer fue impuesta por orden judicial. El alcalde Pedro Palacios prefirió designar a un hombre como su segundo a bordo. Sin embargo, el juez Luis Alberto Guerrero aceptó el pedido de amparo solicitado por la Defensoría del Pueblo a favor de dos concejalas: Paola Flores, de Igualdad y Marisol Peñaloza, de Renace. Ambas dijeron que sus derechos fueron vulnerados en la designación a la vicealcaldía. Incluso, cuando se dictó la sentencia, el procurador síndico de la Municipalidad, Juan Pedro Peralta, subrayó que nombrar a una vicealcaldesa no era una “obligación” del Concejo. ¿Pero qué ocurre en la Función Legislativa? Hay 137 asambleístas y 53 son mujeres, es decir, que representan el 38,39%. En sus 18 comisiones permanentes y ocasionales, solo hay cinco mujeres que las presiden. Eso nos muestra que el camino aún es largo para las mujeres. (O)