La trinchera de vito
Solo nos queda Emelec
Supo competir. Estuvo a la altura de lo que le pedía el partido. Interpretó muy bien situaciones de juego. Capitalizó contextos favorables. Disimuló carencias. Exprimió virtudes. Escondió defectos. Se reinventó. El ‘Bombillo’ se prendió a nivel internacional.
Pese a sus dudas en el campeonato nacional, Emelec pasó sin problemas a la segunda fase de la Copa Sudamericana con dos contundentes victorias -de 6-1 en el global- ante Universitario de Deportes de Perú. Los ‘millonarios’ se reencontraron con su juego rápido y su contundencia ofensiva, liderada por Ángel Mena, para mostrar sus credenciales en el segundo torneo de clubes, más importante de la Conmebol.
Los otros tres equipos ecuatorianos participantes en la Sudamericana fueron el antítesis al equipo azul. Tanto Barcelona, Universidad Católica y Aucas terminaron fuera de la competición en la primera llave que disputaron.
Limitado por sus deficiencias ofensivas, Aucas quedó eliminado con Real Garcilaso de Perú con un global de 2-2. El gol recibido en casa lo dejó fuera del torneo.
La derrota 0-1 ante Independiente Medellín selló la eliminación de Universidad Católica. El cuadro ‘camaratta’ empató a 1 gol en la ida, pero ante la falta de resolución no pudo manejar el resultado en casa (estadio Atahualpa) y quedó a año seguido fuera del torneo en primera fase.
Lo de Barcelona fue escandaloso. No precisamente por alguna jugada polémica desatada en el partido, sino más bien por la forma como dejó escapar el partido de vuelta habiéndolo dominado durante un gran tramo.
El empate 1-1 en el estadio Monumental lo condicionó. En Barinas no aprovechó que el Zamora estuvo con 10 hombres. No capitalizó su gran despliegue futbolístico durante más de 60 minutos para liquidar. En los penaltis erró todos y no atajó ninguno. Lo del conjunto ‘canario’ fue realmente de terror en Venezuela.
¿Es un fracaso? No. En Barcelona hace mucho pasó la ‘Generación Dorada’ a nivel internacional, dejando su mensaje inmortal en la década del 90. Son tiempos de reacomodamiento, en los cuales habrá que acostumbrarse a ver más de lejos la posibilidad de disputar instancias finales hasta que vuelva la institucionalidad en el club.
No hay que crear falsas expectativas y fomentar una ilusión utópica. Lo que debe de sobrar en el barcelonismo es paciencia y perseverancia. Ya volverán mejores días.
Para Emelec, esta Copa Sudamericana asoma como gran meta, pero siendo realistas, tampoco lo podemos involucrar como gran candidato. Esto es paso a paso. Capacidad y material tiene. Utilizando, ¿por qué no?, a esas mismas figuras (incluido Ángel Mena), que algo saben, deberán decidirse ir a dar ese gran golpe internacional que su historia requiere.
Es un futuro para mirar con cautela, lejos de la euforia, pero con firmeza y empezar a procesar que el tiempo mágico del tricampeonato ya fue. Su deuda de afuera está ahí.
Deportivo La Guaira lo espera en segunda ronda. (O)