Publicidad

Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Punto de vista

Satya Bicknell-Rothon

-

Helen Bicknell y Nicola  Rothon son las madres de Satya, una niña de cinco años, ecuatoriana de nacimiento, que hasta el día de hoy no ha podido ser inscrita en el Registro Civil del Ecuador (tuvo que ser registrada como ciudadana inglesa y actualmente tiene visa de amparo por sus madres). La causa: la imposibilidad de registrar a la niña con los apellidos de sus dos madres. Desde la burocracia, la solución ofrecida fue registrarla solamente con el apellido de la madre biológica, es decir, con el apellido Rothon, como si Nicola fuese madre soltera a pesar de tener unión legal de hecho con su compañera. Nicola y Helen llevan juntas años y juntas tomaron la decisión de ser madres. Nicola se embarazó y parió a Satya en 2011. El primer alegato en contra del registro de la niña con los dos apellidos de sus madres fue que Helen no puede adoptar a Satya porque la Constitución se lo prohíbe. La cuestión, y esto es fundamental entenderlo, es que Helen no está adoptando a la niña. Como Nicola, Helen es su madre. A secas, sin adjetivos que maticen una realidad que ellas viven en su cotidiano desde el momento mismo en que juntas optaron por la maternidad. 

El jueves pasado se llevó a cabo la última audiencia de la acción extraordinaria de protección y es preciso que 5 de los jueces de la Corte Constitucional voten a favor de esta familia para que la niña pueda ser inscrita como Satya Bicknell-Rothon. Esta sentencia afectará, en primera instancia, el futuro de Satya, el de su hermano, y, de manera radical, el futuro de la sociedad ecuatoriana. Si la sentencia es favorable, podremos tener la certeza de que contamos con un aparato estatal que asegura el cumplimiento de sus derechos a sus ciudadanos, sin discriminar por causas de género o religiosas. De no ser favorable la sentencia de la Corte, podremos tener la seguridad de que en el Ecuador existen ciudadanos de primera y de segunda categoría e incluso –como sería el caso de Satya en ese limbo jurídico en el que quedaría expuesta– existen personas que, a pesar de haber nacido en territorio nacional, no son reconocidas como ciudadanas.

La pregunta que surge inmediatamente es qué país quiero que sea el Ecuador. ¿Uno hostil a la diferencia, que promueva políticas de Estado y prácticas judiciales discriminatorias, o un país que asegure los derechos ciudadanos de todos y todas sin discriminación de ningún tipo? En América Latina, por ejemplo, Uruguay fue el primer país en legislar la adopción homoparental y en Argentina existe la figura de hijos matrimoniales de progenitores del mismo sexo. En el año 2014, en Holanda se dictó la ley de co-maternidad. La decisión que tomarán los jueces de la Corte Constitucional puede abrir el inaplazable camino respecto de la legislación en torno a la homoparentalidad en el Ecuador. Las mayores decisiones históricas, esas que aseguran la dignidad humana, no pueden postergarse. Si bien su nombre completo, con sus dos apellidos, es una realidad porque quienes la aman así la llaman y ella así lo reconoce, es hora de que las instancias estatales reconozcan también que su nombre es Satya Bicknell-Rothon.

 

 

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media