Hace 12 días que mi esposo y yo estamos confinados en casa en Terrassa, una ciudad de Catalunya. En principio serán 30 días de aislamiento social.  

Pasamos los días alternándonos en la cocina, organizando la casa, viendo la tele para seguir las noticias y haciendo juegos de mesa, mientras escuchamos las noticias de los casos, que van en aumento exponencial.

Lo peor es que nos llegan las noticias distorsionadas, por eso nos informamos solo por fuentes oficiales.

Lo más importante que se nos ha recomendado, además de que cumplamos las directrices de higiene y prevención por el Ministerio de Salud español y también de las comunidades autónomas, es que permanezcamos en casa, no intentar acercarnos a otras personas, no recibir visitas, no ir a los centros educativos ni de trabajo.

El presidente español, Pedro Sánchez, ha anunciado un paquete de medidas para ayudar a las empresas y a las personas a pasar esta situación, que evidentemente será un golpe a la economía nacional.

En Terrassa no ha habido pánico, más que las compras frenéticas y compulsivas de artículos y papel higiénico de los primeros días tras la declaratoria de la emergencia.

El teléfono de consultas médicas 061 está a disposición de manera gratuita y el 112 que es para emergencias. También están disponibles los sitios digitales gubernamentales para que no tengamos que ir a ningún centro a hacer ningún trámite.

En la atención primaria facilitaron el acceso a La Tevasalud, para ingresal al historial médico personal y descargar la receta necesaria.

Las autoridades han hecho énfasis en la importancia de no colapsar los centros de salud con otras patologías que no son de urgencia, para dar prioridad a los enfermos con el coronavirus.

Hay que tratar de estar aislados para no expandir la pandemia y que baje la curva de infestación, para aliviar el estrés del sistema sanitario y que no colapse. Se han cerrado las fronteras terrestres, pero sí entran los nacionales.

Este martes, Catalunya decretó la fase de emergencia, con 339  fallecidos y 7.864 contagios, según el Departament de Salut de la Generalitat. En España sumaban  2.694 muertos y 39.673 enfermos. 

No hay casi nadie en las calles. La Policía para a las personas, ya sea en coches o motos, y les explica por qué hay que quedarse en casa.

Nada más estamos autorizados a bajar a comprar comida o ir a la farmacia, bajar las mascotas u otro motivo de fuerza mayor, y solo circulan aquellas personas que están obligadas a salir, como los trabajadores de salud.(O)