Señores
El Telégrafo
Guayaquil.-

De mis consideraciones:

El Dr. Raúl Vallejo, en su artículo de 20 de junio sobre la Universidad Andina Simón Bolívar, refiriéndose a mi persona, hace afirmaciones que debo rectificar.

Dice que la universidad incumplía las leyes del país, que no reconocía a las autoridades y que solo ahora se ha visto obligada a hacerlo. Eso es falso. La universidad funciona desde hace 25 años y nunca nadie dijo que se violaba leyes. El mismo Dr. Vallejo fue ministro tres veces y jamás descubrió ilegalidad alguna, más bien reconoció siempre el gran apoyo que ha dado la universidad del Ecuador.

Tampoco son ciertas las irregularidades en el manejo de recursos. Todos los fondos, entre ellos los depositados en el exterior en forma absolutamente legal, están sujetos a serios controles y se usan solo para fines universitarios. Lo que no permití cuando fui rector, y me alegro que así continúe, es que quienes intentan apoderarse indebidamente de la universidad manejen esos recursos.

Se han cumplido las leyes y se ha realizado el trabajo con resultados de la excelencia, garantizando el respeto a las ideas ajenas. Eso despertó la reacción de un gobierno autoritario, cuyas intenciones y ambiciones no son "ley" del país. Si resistirlo fue una irregularidad, la asumo.

El Dr. Vallejo dice que fue candidato a rector "sin asumir bandería de ningún gobierno o partido político". Pero, semanas antes de presentarse a la consulta previa a la elección, ya la cancillería del Ecuador se dirigió a las de los otros países, presentándolo como candidato del gobierno. Dice que lo "demonicé" en la campaña. No se qué será eso, pero consta a todo el mundo que parte de esa campaña fueron agresiones y calumnias contra mí y mi famiia, que no respondí, precisamente por una pasada amistad que ahora, curiosamente, invoca.

La universidad resistió la imposición. El Dr. Vallejo fue derrotado en la consulta previa por 1218 votos contra 176. Luego fue derrotado en el Consejo Superior. Sin embargo, ha sido parte activa de la agresión del correísmo a la universidad y a su rector legítimo. El Consejo Superior fue ilegalmente destituido y reemplazado por un pretendido "presidente" colombiano sin ninguna calidad académica ni ética, a quien el Dr. Vallejo acompaña como "miembro", en sus reiterados intentos de intervenir la universidad, de atropellar sus estatutos y normas, de imponer autoridades y manejar sus recursos patrimoniales.

El Dr. Vallejo se queja de que se impide retomar sus funciones de profesor de la universidad. Esto, desde luego, lo explciarán las autoridades de la institución. Pero aclaro que cuando fui rector, el Dr. Vallejo no presentó oportunamente la solicitud para que su licencia pudiera ser extendida. Quizá creyó que, como el caudillismo, su calidad de alto funcionario duraría para siempre.

Sobre este punto, coincido con la opinión de la comunidad universitaria, en el sentido de que quien desea ser recontratado como profesor debe seguir los procedimiento establecidos, sin intentar que un politiquero colombiano mande órdenes desde Bogotá para que, atropellando todas las normas, una persona logre insertarse nuevamente en una institución que, junto con el resto de correístas, ha intentado persistentemente atropellar y destruir.