¿Rafael Correa el Migrante?
En pocos días se cumplirán 10 años de la masacre de Tamaulipas, en México, en la que 5 ecuatorianos fueron asesinados de forma diabólica por los narcoterroristas de los Zetas. En total fueron 72 víctimas mortales de distintos países.
El único sobreviviente de la masacre y a quien conozco personalmente, contó en detalles los horrores y atrocidades que cometieron estos delincuentes.
Junto a él, decenas de hombres y mujeres perecieron en esta tragedia global. Migrantes que salieron, como millones antes que ellos, a buscar un mejor futuro personal y para sus familias, escapando de la pobreza y la violencia, de la injusticia y corrupción de sus países, pagaron esa esperanza con su vida.
En el Ecuador, el gobierno utilizó a Fredy Lala como símbolo de apoyo y benevolencia hacia uno de los sobrevivientes. Enviaron el avión presidencial al mejor estilo propagandístico para que se mire al Ecuador y a su gobierno como el de los migrantes, porque así se hacían llamar estos repugnantes.
Bastó menos de un mes para conocer la realidad. La familia de Lala fue engañada, sus padres regresaron desde Estados Unidos con grandes ofrecimientos, a Fredy le dijeron que le iban a tratar de lo mejor, y aunque alguna dádiva le dieron hasta ahora no le entregan las escrituras de la casa. Miembros de la Policía Ecuatoriana, borrachos, le pegaron a él y a su padre, pero claro, eso quedó en la impunidad.
Si no hubiera sido por los medios de comunicación nacionales e internacionales que publicaron y transmitieron el pedido desesperado de ayuda de este sobreviviente, todos estuvieran pensando que el gobierno de la Revolución Ciudadana sí cuida de sus migrantes. Nada mas lejos de la verdad.
Al resto de familias les dieron migajas. El coyotero ecuatoriano ya debe estar libre. México haciendo un mea culpa RECONOCIÓ tácitamente su responsabilidad y fueron ellos quienes entregaron indemnizaciones al sobreviviente y los familiares de las víctimas en el Ecuador, pero recién en el 2018. Al resto de familiares de las personas asesinadas de otros países todavía no les brindan ni justicia ni reparo.
Ustedes se preguntarán, ¿Qué tiene que ver Correa con la masacre de migrantes?
¡La respuesta es nada! Porque un emigrante ecuatoriano sale de su país por necesidad, no por evadir la justicia; un migrante cruza fronteras y se lanza a ríos caudalosos y desiertos peligrosos, no viaja en primera clase ni jet privado a Bélgica; los migrantes lo primero que hacen es buscar trabajo para pagar la deuda del viaje y no se ponen a desestabilizar gobiernos ni dar charlas intrascendentes por el mundo; un migrante extraña a su Patria y añora con regresar a su casa y abrazar a su familia, no está corriendo de la Justicia porque tiene juicios y sentencias por contratos con sobreprecio, estafas, falsificaciones, colusión, delincuencia organizada, secuestro, abuso de poder y otros delitos.
La supuesta precandidatura de Rafael Correa por los migrantes de Europa es una afrenta y un insulto a los millones de ecuatorianos que decentemente trabajamos para nuestras familias y mantenemos a millones en el Ecuador con el fruto de nuestro trabajo. Pensar y decir que un delincuente como Correa es migrante es decir que no somos nada sino máquinas de enviar dinero, eso no es justo, eso no es correcto.
Permitir que Correa salga de candidato por los Migrantes es una vergüenza para nosotros quienes vivimos en el exterior, no podemos callar y le decimos a viva voz: Correa deja de ser sinvergüenza. Si quieres ser candidato no te refugies en nuestra dignidad y sacrificio como migrantes que no te lo mereces.
Cuando ustedes vean a Rafael Correa, cruzando fronteras, nadando el rio Bravo, caminando por desiertos, detenido por migración, secuestrado por los Setas, compartiendo un cuarto entre 4 personas en un país que no es tuyo, trabajando en una fábrica, cogiendo el tren a la madrugada en el frío invierno para vivir honestamente del fruto de su trabajo, solo, llorando en su cumpleaños porque, esposa e hijos que lo extrañan y crecen solo escuchando su voz o mirándolo por videollamada, triste porque no puede regresar a celebrar el día de la madre o del padre, o sacando un negocio adelante, enviando remesas al país fruto de su esfuerzo y no de dinero mal habido por el saqueo que él y sus asambleístas, ministros, jueces, contralores y todos sus acólitos permitieron, entonces, cuando el viva en carne propia todo esto, allí recién podrá decir, él es un migrante.
Luego podrá ser candidato, cuando demuestre una lucha constante por sus derechos, pero no antes, entonces, vuelvo a preguntar ¿Rafel Correa el migrante? No señores, el patán de Bélgica es un vendedor de falsas esperanzas que está pensando en cómo salvar su pellejo para no terminar en la cárcel, y que todo quede en la impunidad, que los juicios prescriban bajo el manto de la inmunidad parlamentaria, ese es el objetivo, sigue con las mismas mañas y ansias de poder para seguir robando y embaucando al pueblo ecuatoriano. (O)